miércoles, 5 de agosto de 2015



PRAIA DA PIPA

A las 18h cogemos nuestro onibus de Salvador a Pipa. El bus no tiene muy buena pinta en cuestión de espacio, se ve pequeño y poco cómodo, pero por suerte somos pocas las que viajamos y eso nos permite dormir en tres asientos cada. Esta vez el viaje es un poco más corto, 20 horitas de nada, y vamos más preparadas para el frío y posible aburrimiento.
En Joao Pessoa, somos tan solo tres las personas que continuamos el viaje, por lo que deciden montarnos en un coche para que nos lleve a nuestro destino. Esta vez no solo no llegamos con retraso, sino que incluso, llegamos una hora antes.
A través de booking, hemos hecho la reserva en un hostel muy baratito, el lugar está bien, aunque no deja de parecer un campamento de verano y punto de encuentro de jóvenes argentinxs.
Nada más llegar nos vamos a comer y de ahí a pegarnos unos buenos bañitos en la playa, que está buenísima! y a las 17h ver el atardecer desde la praia Do Amor, y es que parece como si el cielo ardiera...

Impresionadas nos quedamos cuando, al día siguiente después de desayunar y prepararnos unos bocatas, nos fuimos a la praia Dos Golfinhos, que como su propio nombre indica en portugués, delfines, estaba llena de ellos, por todas partes, al lado de la orilla, más alejados, saltando, jugando, danzando al son de las olas, sitiéndolos muy próximos a nosotras, tanto que parecía que los íbamos a tocar. Durante horas y horas estuvimos hipnotizadas, sin poder parar de mirarlos y fotografiarlos y sin terminar de creernos que realmente fuera cierto.

Por recomendación de Julieta, argentina que trabaja en el hostel, vamos a otra playa, donde las tartarugas marinas hacen el desove, estando marcados los nidos donde están los huevos por una asociación que se dedica a preservación de las mismas. El día está raruno, hace mucho viento y llueve bastante, parece que el sol está castigado sin salir por el momento. Tras pegarnos una pequeña siesta playera, y comenzar a llover de nuevo, decidimos marchar, pero resignandonos a dar el día por perdido, fuimos a Golfinhos por si mejoraba, pero no funcionó, así que muy a nuestro pesar, retornamos al hostel. Allí nos comentan que los meses de junio y julio son muy lluviosos, y que el 30 de julio dejará de llover, vaya, justo cuando nos vamos...Por las noches caen unas trombas de agua impresionantes que no nos permiten más que dar pequeños paseos, por este pueblo tan turístico y demodé llamado Pipa.

Nuestro último día, parece amanecer algo mejor, así que teníamos claro que el día estaba dedicado a los golfinhos, pero hoy parecen estar más vaguetes y no se dejan ver tanto como la vez anterior, aunque sí lo suficiente para disfrutarlos y llevarnos un gran sabor de boca, sin duda lo mejor de Pipa. Nos despedimos hasta la próxima y nos preparamos para nuestra nueva etapa de viaje en Brazil, el Amazonas!, pero antes tenemos por delante unas cuantas horitas de autobus y la duda de si llegaremos a tiempo para nuestro vuelo desde la ciudad de Belem a Manaos

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