MONTEVIDEO 1era parte
A media mañana llegamos a Montevideo, tras un agradable viaje.

La entrada con buen pie en Durazno, nos ha permitido continuar con la racha de personas encantadoras y amables, capaces de desvivirse por nosotrxs, a la primera de cambio sin prácticamente conocernos.
Este es el caso de Pablo, que nos solo nos trasladó a Montevideo, sino que también nos ofreció su casa.

Con él y su chica Sofía, dimos un primer paseo por la ciudad y tras un pequeño incidente motorizado, paseo por las ramblas y comida en restaurante de pescadores, descubrimos el candombé. La música que con raíces africanas se toca con tambores de distintos tamaños y que aúna a las gentes de los distintos barrios entorno a una música alegre que anima al baile y la cadencia con la vida. El grupo de candombe comienza calentando sus timbales mediante una fogata en medio de la calle, y una vez preparados camina por las calles cortando el tráfico allá por donde pasa, sin queja alguna por parte de los conductores, que bien esperan pacientemente, o disfrutando del momento, o bien se dan la vuelta buscando una ruta alternativa.
El público se le va uniendo a la marcha, bailando o disfrutando del espectáculo, con el necesario mate, o bien con la litrona de turno, también es notable un cierto olor familiar que recientemente ha sido legalizado y que esta totalmente normalizado.
Esa misma noche acabamos en una pequeña fiesta improvisada de una nueva amistad, que nos recomendó Pau. Disfrutando de una Jam session, en la que participamos activamente tocando diversos instrumentos, además de una animada conversación.
Es ahí donde Matías, amigo recién conocido, nos ofreció gustosamente su casa de la playa a cambio de ponerla a punto para el verano. Mostrándonos una vez el carácter encantador y desprendido de sus gentes, donde su mayor belleza del país se demuestra en la cercanía y cariño de sus moradores.
Al día siguiente nos citamos con Juan y Adri, la pareja de Uruguayos grandes amigos de Javu y Sara, a la que se unió el genio de Aitor; visitando la zona del mercado del domingo, una delicia tentadora de rastro con las más exquisitas antiguallas, vamos un peligro que hemos prometido volver a visitar para la búsqueda de vinilos, libros y otro pequeño etcétera, puesto que no podemos cargar con mucho peso en nuestras resentidas mochilas.
Comimos en la rambla junto a la gran desembocadura del Rio de la Plata en el Atlántico. Con un pequeño picnic y las disertaciones políticas y sociales de nuestros respectivos países, además de ponernos al día de la situación de nuestras amistades y conocidos.
La tarde terminó en el circense parque Rodó, lugar donde se concentran las más diversas manifestaciones artísticas y plásticas al aire libre, y donde puedes disfrutar de un concierto de rock,o jazz, junto con las acrobacias circenses, equilibrios sobre cuerda, árboles, danza y expresión corporal, etc., acompañado de unas refrescantes cervezas.
De regreso a casa de Pablo, pudimos disfrutar de otro espectáculo de Candombé de la agrupación del barrio, acompañándolos en su recorrido y estasiados en su constante ritmo. Maravillandonos con el continuo repiqueteo, junto con los contorsionistas bailes de movimientos imposibles de caderas, brazos y pecho.
La mañana que amanecía era la de un lunes festivo ya que era dia de los difuntos, sin embargo debíamos de cambiar de estancia ya que Pablo tenia que regresar a Durazno con un amigo, ya que su vehículo había sufrido un pequeño percance. Así fue como llegamos a casa de Adri, Juan y el pequeño Aitor, donde nos acogieron y ayudaron con un enorme cariño.
Debido a la gran cantidad de amigos y conocidos que íbamos conociendo en nuestro camino, decidimos comprar una tarjeta de prepago de teléfono. Tarea a la que dedicamos esa mañana, visitando primero el centro comercial de Punta Carretas (que esta enclavado en la antigua cárcel de donde se produjo la masiva y famosa fuga de los luchadores Tupamaros, relatado en su libro por el que hoy es ministro de defensa); y después en la zona del centro de la av. 18 de Julio, aprovechando la ocasión para subir al mirador de la intendencia, desde el cual se puede apreciar Montevideo desde uno de los puntos de vista mas elevados de la ciudad.
Tras una encargar comida en un restaurante de comida rápida Armenio, que degustamos tranquilamente en la zona verde de la plaza de Caganchas, regresamos dando un pequeño paseo a la casa de nuestros anfitriones. Pasando el resto de la tarde conversando y preparando algo para cenar.
Los días siguientes los dedicamos a conocer la ciudad, con las vistas al imprescidible Museo de Torres García, el Palacio presidencial (que es posible visitar a diario, e incluso puedes charlar con algún representante político), la ciudad vieja, el Mercado agropecuario (una suerte de mercado de la Boquería), la rambla y el reciente y exitoso letrero de Montevideo, que pintan de distintos colores, según el motivo o dia que se celebre.
Una noche incluso acudimos a un concierto de uno de los nuevos artistas del pop Uruguayo, Mandrake Wolf, y que tristemente tenemos que decir que nos decepciono un poco, tal vez por el tiempo de espera que tuvimos que sufrir, o por que era un tanto disperso, sin encontrarle la gracia a sus letras o comentarios. Pero ello no nos ha desalentado para incrementar nuestra discoteca y ánimo por disfrutar de buenos interpretes como es el caso de Gustavo Pena Principe, La Triple Nelson, 4pesos propina, etc.