RIO DE JANEIRO
En Rio nos hemos alojado en la casa de Doris, mediante Airbnb, en un piso cerca del estadio de Maracana, y casualmente a nuestra llegada hay un partido que dificulta el trafico de la ciudad.
ue en ruinas remodelado, desde las cuales nos regalaron las primeras vistas de los iconos de la ciudad: Pao de Azucar y el cristo de Corcovado, justo en el momento en el que sol se va ocultando poco a poco, para dar paso a la iluminación propia de la ciudad y sus monumentos.
El dia después madrugamos como si no hubiera mañana, habiamos leído sobre las temibles colas que se forman para visitar los famosos monumentos, y conseguimos llegar a la hora de apertura del Corcovado, el trayecto hasta alli lo hicimos en autobus, y fue toda una aventura, no por que exitiera peligrosidad alguna, ni que fuera muy lleno; si no por la velocidad que llevan. En esta ciudad el rey es sin duda el autobus u Onibus, como lo llaman aqui. Corren como el diablo sobre ruedas, y toman las curvas patinando continuamente.
El Cristo está en lo alto de una colina llamada Corcovado, y tiene unas vistas increíbles de la ciudad, donde puedes apreciar la extensión urbana a lo largo de la costa, evitando las lomas escarpadas donde se sitúan los asentamientos de las favelas.
Desde alli pudimos divisar el Pao de Azucar, la zona centro y el estadio, ademas de las playas de Copacabana e Ipanema, nuestros próximos objetivos.
Con tranquilidad nos desplazamos hacia el Pao de Azucar andando por la ciudad, a través de la playas de Flamengo y Botafogo, desde las cuales se aprecia el Cristo abrazando la ciudad.
Compramos las entradas, pero como nuestra intención era subir al Pao de Azucar durante el atardecer, nos dimos otro pequeño paseo por la playa Vermelha y el parque de Claudio Coutinho, donde vimos monos, y pajaros de colores vistosos.
La ascensión al Pao de Azucar se hace en funicular, al igual que al Corcovado, son atracciones bastante caras, pero sin duda merece la pena.
Subimos horas antes del atardecer y permanecimos alli, envelesados hasta que terminó de anochecer y se ilumino el Cristo frente a nuestras vistas. Por supuesto hicimos millones de fotos, tratando de inmortalizar un momento unico que puede resumir muchas cosas, tanto por su fama e icono, como por su situación clara en el mapa.
Playas de Copacabana e Ipanema
Si bien es verdad que la playa de Ipanema tenía zonas de gente más joven, pero que se homogeneizaban con la gran presencia de turistas extranjeros.
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