Viaje a Paraty.
Cogimos el autobús en la CIA Reunidas Paulistas, 6h de viaje con 2 paradas, comodidad y espacio.
El viaje fue nuestro primer choque de verdor y la frondosidad del paisaje, con una gran cantidad de vegetación, distintas variedades eucaliptos, palmeras, plataneros.... También la fauna, cambiando las Águilas de Castilla por tucanes cruzando la autopista, y una mezcla de ave entre cóndor y buitre (que no sabemos derterminar), e incluso nos pareció ver un perezoso...
Grandes ríos, la inmensidad del paisaje, inabarcable a la vista. La inevitable comparación con las primeras vistas de los descubridores y conquistadores
Al llegar a la estación de Paraty fuimos a preguntar por alojamiento y a la primera que llegamos nos quedamos; puesto que después de habernos informado de tarifas y demás, tras un breve regateo, visita de la habitación y demás creímos que habíamos hecho un buen negocio; teniendo en cuenta que en esos días se celebraba un festival literario llamado Flip.
La población de Paraty es una suerte de pueblo colonial, cuyo centro histórico nos recordaba un poco a Aveiro, eso si con un suelo adoquinado, totalmente irregular y con las casa pintadas de blanco con el marco de las puertas y ventanas de distintos colores. Tiene en las zonas más próximas al puerto y la iglesia de santa Rita partes inundables que confieren un juego de reflejos de los edificios con el agua, también le dota de cierto encantó los puestos de deliciosos pasteles caseros.
Durante nuestra estancia el tiempo no termino de acompañarnos, a pesar de coincidir con unn invierno bastante suave para lo que estamos acostumbrados, con temperaaturas minimas desde los 16 y máximas de 32 grados; los primeros dias amanecio encapotado, para con suerte abrirse un pequeño claro a eso del mediodia. Eso no nos impidio visitar las distintas playas de la zona, en principio las de la zona, mas urbanas Jabaquara y Pontal, que concentraban a mas gente; mientras que los siguientes dias vistamos las Playas Trindade, Paraty mirim, Sao gonçalo .... Sin duda las que mas nos gustaron y dejaron mayor huella fueron las de Trindade, un tanto mas puras y bellas, con aguas azul verdosas y un mar con fuerza, y sin embargo agradable al baño, el acceso a algunas de sus playas más alejadas,venían precedidos por pequeñas incursiones a zonas selvaticas de las de tipo Mata Atlántica, de gran verdor y variedad, que nos provocaba la extrañeza sobre el paisaje que llegaremos a encontrar en los parajes del Amazonas.
En una de estas escursiones conocimos a una simpatica pareja, formada por un par de amigos de Buenos Aires, Uru y Mario. El primero respondia a su apodo por ser nativo del Uruguay, las puyas entre ellos eran constates e incisivas, pero no por ello dejaban de reírse de sí mismos y de cuanto les rodaba. Volvimos a coincidir con ellos en un local de Paraty, esta vez con unas cervezas de por medio, lo que permitio reirnos mas mejor si cabe de sus locuras. Uru nos recomendó encarecidamentte que visitáramos Arraial do Cabo, viaje que por falta de tiempo no pudimos hacer.
Durante las dos semanas y media que llevamos en Brasil, ente otras inquietudes que se nos presentan, es la forma de gobernarse y su distintos sistemas, las políticas de combate contra la pobreza y la diferencia económica. Por supuesto vivimos en una burbuja, propia de nuestra condición de turistas, pero siempre nos queda las ganas de comprender el momento y el lugar que visitamos. Esto mismo ocurrió con nuestro anfitrión Elías, que nos hablo de la ola de corrupción del actúal y pasado gobierno, y de como se había hurtado a los presupuestos de educacción, para supuestamente entregárselos al partido gobernante y otras alternativas de gobierno. Asi nos hemos encontrado algunas pancartas que rezan que la Reducción no es la solución, durante el camino de Paraty a Angra y Rio
Otro post sin fotos, que esperamos en breve podamos solucionar
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