miércoles, 21 de octubre de 2015

CATARATAS DEL IGUAZU - Foz y Puerto Iguazu


CATARATAS DEL IGUAZU - Foz y Puerto Iguazu 

Tras varios paseos de arriba a abajo, cargad@s con las mochilas, preguntando por un posible alojamiento, nos dimos cuenta que ya estábamos en la Argentina y que allí las cosas eran mucho más caras. 

Por fin encontramos un lugar bastante agradable, próximo y al mejor precio dentro de las posibilidades, Hospedería Fernando.

Dejamos nuestras mochilas y nos fuimos a buscar un lugar donde cenar, ya que el cuerpo no estaba para mucho más después del viajecito en bus.

Teníamos dos posibles opciones para los siguientes días, visita a las cataratas en el lado argentino y visita a las cataratas en el lado brasileiro. Al levantarnos, fuimos en busca de información a la oficina de información y turismo. A partir de ahí, comenzó nuestra experiencia con el cambio de divisa, y es que Argentina es una auténtica locura en relación al cambio.

Ya allá por Brazil, una pareja de argentinos que conocimos nos aconsejaron viajar a Argentina con dólares, ya que están muy cotizados y te dan más en la calle que lo que te ofrece el cambio oficial. Así que les hicimos caso y en Bolivia pudimos sacar dólares. 

En resumidas cuentas, que el tema del cambio en Argentina es como jugar al monopoly, a ver quien te da más por el mismo dinero.

Conseguido el cambio y avanzada media mañana, decidimos ir a las cataratas del lado brasileiro, que llevaban medio día.

Tuvimos que hacer parada en migraciones, salida de Argentina y entrada a Brasil y a la vuelta a la inversa.

Una vez llegamos a Brasil, pagamos en reales que al cambio nos salía más baratillo y entramos a la que sería la gran, increíble y espectacular actividad del día, las CATARATAS IGUAZÚ.

Tras un pequeño paseo en autobús hacia el lugar de salida, comenzamos la caminata que nos llevaría, entre selvas verdes, grandes arboladas, monos saltarines, coatíes de paseo como si cualquier cosa y lagartos gigantes, a una vista maravillosa y espectacular del conjunto de las cataratas, cuyo sonido, debido  a la fuerza con la que cae el agua, dicen es escuchado en todo Foz de Iguazú, situado a 20 kms.

La magnitud de las cataratas es tal que parece absorberte, envolverte e hipnotizarte, es algo imposible describir con palabras, hay que verlas, hay que vivirlas.

Es tal la proximidad a la que estas de las cataratas que el agua te empapa y el viento te vuela. 

Al día siguiente madrugamos, preparamos ilusionadxs nuestros bocatas, bañadores y mochilas y fuimos a las cataratas del lado argentino.

En esta parte hay varios caminos que se pueden realizar y nuestra intención era poder realizarlos todos, queríamos poder observar las cataratas desde todos los puntos posible.

Empezamos por el más agreste, el camino Macuco, es el nombre de un ave del lugar. El paseo fue muy agradable, rodeadxs de naturaleza, escuchando el canto de los pájaros, el crujir de las hojas cuando, de repente, aparecían unos cuantos coatíes, olisqueando en busca de comida. Tras 45 minutos de paseo, llegamos a una pequeña cascada, el salto Arrechea, que terminaba en poza,donde pudimos disfrutar de un rico y refrescante baño, ya que el calor era bastante sofocante.

De vuelta, decidimos realizar el camino a la garganta del diablo, por la hora que era, existían bastantes posibilidades que hubiera menos gente, y así fue. Allá estaban las cataratas, rugiendo con fuerza, derramando miles de litros de agua por segundo, deleitándonos con un maravilloso arco iris, que por momentos se hacía doble, penetrando en nuestras pupilas para quedar grabadas en la memoria para siempre.

Cogimos el tren para realizar los dos caminos que nos quedaban, y de paso aprovechamos para hacernos los bocatas, en lo que llegó un coatí y, bocatas en mano, nos toco levantarnos rápidamente para no quedarnos sin ellos, aún así el listillo se envalentonó y le mango un tomate a Miqui...

Primero nos decidimos, por si no nos daba tiempo, a hacer el camino superior. A través de una pasarela, caminamos prácticamente encima de las cataratas, pudiendo observar muy de cerca los diferentes saltos, la bruma del agua al chocar con las rocas y el suelo, el impresionante y magestuoso arco iris, las aves sobrevolando el agua...

Tuvimos suerte y nos sobró tiempo para realizar el camino inferior, donde pudimos observar muy de cerca varios tucanes.

Nuestro paseo por las cataratas había llegado a su fin, debíamos continuar, aunque no sabíamos muy bien cómo. Finalmente nos decidimos retornar a Ciudad del Este para desde allí tomar un bus a Encarnación, Paraguay


No hay comentarios:

Publicar un comentario