SANTA CRUZ / Villa Montes / Filadelfia
Nuestra estadía de unos cuantos días, se resume de la manera más gráfica posible, al vernos apostados en la frontera de Bolivia, deseosos de que un camión u otro vehículo se apiade de nosotros y nos acerque a la localidad más próxima de Paraguay.
Tristemente la despedida de este asombroso país, ha sido lo más descafeinada posible, con escasas atracciones o zonas de interés, más que una ciudad grande, con cierto toque colonial, y al que no acompañaba el tiempo, a pesar de que normalmente las temperaturas suelen estar próximas a los 30 grados.
La parada en Villa Montes, es debida al intento por evitar pagar el abusivo precio de los billetes de autobús que ejerce un pequeño oligopolio de avariciosos empresarios.
Y por este motivo nos vemos apostados acá sin poder continuar con nuestra aventura. Alojados en un hostal de carretera a la espera de nuestra movilidad a la frontera con Paraguay, en Ibibobo.
La mañana siguiente la recordaremos por ese policía tan "amable" de la frontera boliviana, el cruce por el paisaje semidesértico del Chaco, la espera apostados en la zona de descanso de los camioneros en La Patria, los baches del camino de cabras hasta Mariscal Estigarribia, dormir en migraciones a la espera del sello de entrada en el país, un pequeño trayecto hacia la parada menonita (que leches se nos perdió allí?) de Filadelfia, para terminar descansando en un hotel de Asunción, la capital prácticamente desechable. Que nos prepara para la parte sur del continente, con su extraño acento Guaraní, que por momentos parece Norteamericano, mezclado con cubano y Brasileiro.
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