jueves, 28 de enero de 2016

EL CHALTEN

EL CHALTEN

Esta vez no funciono el dedo y tras cierto tiempo de espera, cogimos un colectivo que nos dejó en la localidad del Chalten. Nos habían puesto sobre aviso de lo caro y poca oferta de alojamiento, sin embargo tuvimos la suerte de encontrar un albergue incluso más barato que en Calafate.

A la mañana siguiente madrugamos para hacer el trekking del Fitz Roy, una preciosa caminata muy bien señalizada entre bosques de Lenga y coipes, y que en la última hora se empinaba y complicaba entre piedras y areniscas, hasta llegar al premio final de una vista única, con un lago celeste bañando las lomas del pico y sus compañeros, todos ellos extrañamente nevados, ya que la forma puntiaguda hace imposible que se acumule la nieve. Permanecimos unas horas disfrutando de tan espléndido paisaje, atesorando el momento único, interrumpiendo lo de vez en cuando con la toma de alguna instantánea, que hiciese justicia a la belleza que contemplamos. También nos asomamos a su flanco izquierdo para ver a tan extraño compañero, al que llaman cerro Torres, bañado por otra preciosa laguna.

A nuestro regreso, viéndonos sobrados de fuerzas, nos animamos con la caminata que se dirigia a una pequeña cascada, donde terminamos refrescando nuestros cansados pies.

El día de nochevieja, contraviniendo toda celebración anterior, lo dedicamos a realizar otra caminata que nos habían recomendado, correspondiente a la loma del pliegue tumbado. Donde pasamos por distintos paisajes, entre bosques y praderas, desde las que divisar la meta del cerro Torres. Una vez en la loma del pliegue, nos animamos, tras la cabezoneria del que escribe, en coronar la montaña, cuyo desnivel nos desalentó en unos primeros minutos, pero que al completarla nos regalos unas preciosas vistas de 360 grados de toda la cordillera y lagos circundantes. Añadiendo otro increíble paisaje a nuestra mochila de experiencias y sensaciones vividas, valorándolo como uno de las mejores caminatas realizadas por la zona.
A nuestro regreso nos paramos tranquilamente a disfrutar de la flora del lugar, con extrañas flores acampanadas, de intensos colores amarillos y anaranjados, y un tiempo después almorzamos en una tranquila pradera.
Una vez llegamos al albergue, tomamos una reparadora ducha e iniciamos los preparativos de la cena de fin de año, compartiéndola con un pequeño círculo de amigos con los que coincidimos en el lugar. El menú constó de unos elaborados pimientos rellenos de verdura y queso, completados con unas patatas al horno con una salsa picante y un rico guacamole mexicano, que preparó una pareja formada por un mallorquín y una mexicana. Nos acompaño también una escuálida estudiante alemana, e incluso a última hora se incorporó un camarero argentino que gestionaba el hostel, así como una troupe de Israelíes. Todo ello se regó con abundante vino peleón, y contagiamos a todos de nuestra alegría y extraña forma de celebración, tomando pasas en lugar de uvas, al son de unas campanadas que habíamos grabado anteriormente con una cazuela y cuchara.

El día de año nuevo, para no perder la tradición, lo dedicamos a reponernos de una noche tan ajetreada. Mientras que al día siguiente a primera hora intentamos mediante el dedo, llegar a la zona del bolsón, misión que nos resulto del todo imposible, teniendo que tomar finalmente un autobús hasta la localidad de Perito Moreno, donde tomamos otra combinación hasta el Bolsón.

La profunda huella que nos dejó esta localidad ha perdurado sin duda en el tiempo, recordándola como uno de los mejores sitios que hemos visitado en argentina y en el sur del continente, mucho más que la tal vez sobrevalorada Ushuaia, de reciente creación y bastante orientada al turismo de montaña, pero con actividades y caminatas autodidactas y de total gratuidad, si eres independiente y curiosa

miércoles, 20 de enero de 2016

EL CALAFATE

EL CALAFATE

Nos costó llegar a El Calafate desde Puerto Natales. Quedando varados bastante tiempo en Río Turbio, ya que el tránsito de vehículos era menor y el de auto-stopistas mayor, llegandonos a juntar 6 parejas haciendo dedo en la ruta. Finalmente un chico que iba Rio Gallegos, se ofreció a acercarnos hasta Esperanza, en el desvío hacia El Calafate, y allá nos levantaron tres chicas muy simpáticas que iban de fin de semana. 

Nos hospedamos todxs en el mismo hostel, y como agradecimiento, preparamos una rica tortilla de patatas y unas cervezas y cenamos todos juntxs.

Nos fuimos a descansar, ya que al día siguiente queríamos madrugar para ir al glaciar Perito Moreno.

Bien tempranito sonó el despertador, con legañas en los ojos, desayunamos y salimos hacia la ruta.

Después de un buen rato esperando, y con cierto sueño, tuvimos la gran suerte de ser levantadxs por un señor, que muy amablemente nos llevó hasta la mitad del camino y de ahí nos recogieron unas francesas, madre e hija, que estaban paseando por Argentina. 

Y llegó el gran momento de disfrutar de una de las maravillas de la naturaleza más increíblemente bellas, el glaciar Perito Moreno.

Comenzamos a pasear por las pasarelas metálicas habilitadas para realizar los distintos recorridos entorno al glaciar, y de repente...ante nuestros ojos apareció como surgido de la nada, un pedazo inmenso de hielo en mitad del agua, con ciertas tonalidades azules y que, de vez en cuando, rugía fuertemente al desprenderse grandes trozos de hielo y caer al agua.

Ya se que a lo largo de este blog hemos utilizado muchísimas veces palabras como increíble, espectacular, impresionante, pero cuando te ves frente a ese pedazo de monstruo de hielo, no hay palabras que describan algo así. Te entra una emoción tan grande, es algo tan mágico, que te dan ganas de llorar! Hay que vivirlo para sentirlo.

Dedicamos todo el día para pasear y disfrutar de las diferentes vistas del glaciar, desprendimientos, capturas de fotos, e incluso alguna que otra cabezadilla para poder continuar.

Sobre las 18h, decidimos que era la hora de partir. Nos pusimos a la salida de la zona de estacionamiento, y sacamos nuestro pulgar nuevamente y zas, sorpresa, una familia brasileira nos acogió en su auto. Estaban paseando por Argentina con su hijo de 12 años, celebrando su luna de miel, tras 12 años juntxs se habían casado.

Eran muy simpáticxs y agradables, fuimos charlando durante el viaje y aconsejándoles sobre lugares para visitar. Nos dejaron en la puerta del hostel, menuda suerte la nuestra.

El día siguiente lo aprovechamos para descansar un poco de tantas emociones, paseando por la costanera que, el día anterior nos sorprendió tanto, al devolver una imagen reflejada de la cordillera toda nevada en el lago Argentina; lamentablemente el tiempo no acompaño impidiendo que se repitiera tan mágico instante. 

jueves, 14 de enero de 2016

PUERTO NATALES - TORRES DEL PAINE

PUERTO NATALES - TORRES DEL PAINE

Llegamos a puerto natales después de hacer dedo en la ruta, y tras una gran espera debido al poco tránsito de vehículos, levantandonos al final un bus que hacia el recorrido, y al no tener efectivo nos llevaron hasta el destino sin pagar peso alguno.

Encontramos fácilmente la casa de nuestros anfitriones, una familia un tanto peculiar, que te facilitaba el alojamiento a cambio de alquilar el material de acampada para hacer el circuito de Torres del Paine. Así tras una pequeña charla, nos informaron de los pasos a realizar, acudiendo a reservar las plazas de camping gratuitos, junto con la información y mapas del parque; después hicimos las compras de víveres en vista a los futuros 4 días de treking, tomando la drástica decisión de no llevar alcohol u otro comestible que hiciera referencia a las celebraciones navideñas, para reducir en todo lo posible cualquier sobrepeso innecesario, prometiendonos disfrutarlas a la vuelta de esta nueva aventura.

Por la noche cenamos junto con una pareja vasca que nos contó un poco su experiencia y consejos del parque, ya que habían vuelto ese mismo día, uniendose posteriormente unas chicas francesas con el mismo cometido. Tras la cena preparamos nuestras mochilas, dejando los bultos mayores en la casa y nos fuimos pronto a la cama, ya que al día siguiente madrugábamos para llegar pronto a nuestra cita con la montaña.

Tras un buen desayuno, nos pusimos a hacer nuestro pertinaz auto-stop en la carretera, un acto que se ha convertido en todo una adicción por conocer gente nueva y amable, permitiéndonos conversar con los oriundos del lugar y recogiendo en todo momento los consejos y recomendaciones de los sitios e imperdibles a visitar. De esta manera tras una furgoneta y dos buses llegamos a nuestro destino.

Una vez allí hicimos el pago y la inscripción en el parque, donde nos dieron una pequeña charla sobre el cuidado y respeto del lugar, así como la necesidad de no tirar residuos y traérselos de regreso a la ciudad. El día amaneció nublado, con una lluvia constante durante la noche. Sin embargo parece que el agua nos respetó nuestro comenzar de la caminata y a los pocos metros conocimos a un chico de Barcelona que estaba estudiando en Valparaíso, acompañándonos en un principio hasta la siguiente parada, y con el que terminamos haciendo muy buena amistad y compartiendo nuestra experiencia.
La tregua del tiempo no duró mucho, y ya nos lo habían avisado, ya que existe una máxima que dice que en el Parque puedes sufrir las 4 estaciones en el mismo día, y podemos afirmar que es totalmente cierto.
Salimos de la administración a mediodía y llegamos a la parada que habíamos establecido como avituallamiento en el refugio Paine Grande, donde paramos a reponer fuerzas y resguardarnos un tanto de la lluvia que comenzó a caer con bastante fuerza. Tras la comida salió el sol y continuamos nuestro caminar a buen ritmo, manteniendo animadas charlas y disfrutando de un maravilloso y cambiante paisaje, es así como en cierto momento avistamos un enorme trozo de hielo azul intenso flotando en el agua de un lago turquesa, y tras nuestro primer asombro, encontramos más y más pedazos flotantes, hasta que en lo alto,de una loma divisamos la lengua viperina del glaciar Grey. La visón nos dejó sin habla alguna, parando para disfrutar de tan singular espectáculo, y cuando continuamos la marcha, el hielo, la nieve y las amenazantes nubes nos acompañaron, hasta que llegamos a la,bases del camping de pago Glaciar Grey. Por indicaciones de nuestros colegas vascos, nos colamos en el campamento, instalando nuestra carpa, y evitando en todo momento llamar la atención. Preparamos la comida en un comedor comunal habilitado para ello y nos fuimos pronto a la cama.
Al día siguiente madrugamos, desmontando pronto el campamento y desayunamos un par de tes calentitos, y dejamos el equipaje en el comedor, acercándonos a contemplar el glaciar desde un mirador próximo. Desde allí tras la habitual sesión de fotos, regresamos a recoger nuestras cosas, y caminando de vuelta al camping del principio, donde tomamos un pequeño refrigerio, tomamos el camino que nos llevaba hacia el campamento Italiano. En este nuevo tramó la violencia del viento llego a ser casi insoportable, llegandonos a tirar, empujandonos a correr y en ciertos momentos nos volaba hacia el costado, extremando las precauciones por la dificultad del terreno, al ser una zona rocosa y de precipicios. No por ello cejamos en nuestro empeñó, y con una marcha constante alcanzamos el campamento, instalandonos. Tras la cual nos aventuramos a visitar el mirador francés, desde donde disfrutamos de unas vistas impresionantes del glaciar y la montaña completamente nevada, acompañada de amenazantes nubes y de un viento fuerte que azotaba en todo momento. El cansancio y e temporal nos impidió llegar al mirador británico, por lo que regresamos a nuestra base.

Al la vuelta , con bastante fresquito, nos metimos en la carpita para descansar un poco. Al despertar Albert estaba preparando espaguetis para todxs, acompañamdolo  con una deliciosa crema de tomate de sobre. Después reponer fuerzas nos fuimos a dormir, ya que intuíamos que el nuevo tramo a realizar sería más largo y arduo que el de anteriores días. Llovió e hizo frío durante toda la noche, lo que nos impidió descansar correctamente, junto con los inconvenientes habituales de la ropa y usos de acampada todos mojadados. Pero no por ello nos arrendamos y después de un desayuno calentito, cargamos nuestras mochilas en ruta hacia el campamento Torres, situado en la ladera de los famosos picos que dan nombre al parque nacional. Pero con cierto temor, debido a la previsión del tiempo, con rachas de vientos superiores a 90kms, y con un cielo gris nada halagüeño, además de un kilometraje superior al de otros días. Sin embargo cumplimos nuestro cometido de un modo bastante notable, casi sobresaliente, a lo que ayudo un tiempo que llego a ser incluso de sol radiante en una de las paradas técnicas para reponer fuerzas; comenzando a llover e incluso nevar a la llegada al refugio Chileno, donde nos resguardamos y comimos calentito. Aprovechando nuestro desparpajo y que había unas excelentes duchas en el lugar, tomamos unos reparadores baños, que permitió celebrar el día de nochebuena aseados y con buen olor corporal, desde allí al campamento Torres tuvimos una caminata de apenas una hora, con bastante ascenso, pero que realizamos de manera muy optimista al ver completado el camino en buen tiempo de marcha.

A nuestra llegada al campamento Torres, nos registramos e instalamos nuestras carpitas. Disfrutando de un momento de relajo y conversación con nuestro amigo Albert en su tienda, mientras en el exterior caía una nieve ratonera acompañada de un frío, que nos obligo a  replegarnos a nuestra carpa, para conseguir el necesario calor corporal. En esa fecha tan señalada cenamos una triste sopa de champiñones con arroz, que sin embargo nos supo a gloria, rememorando las celebraciones y ritos que cumplimos con nuestros familiares y amigos, con cierta morriña, la melancolía se apoderó un tanto de nosotros al intentar escudriñar como lo estarían pasando nuestros seres queridos en torno a la mesa, unos con nuevos miembros y otros con futura celebración de boda, todos felices y contentos con miras hacia un futuro mejor, agradeciendo toda  una vida plena y llena de cariño, y suponemos también echándonos en falta como el turrón del almendro.
Brindamos con un preparado de bebida a base de polvos, mientras el campamento estaba plagado de americanos festejando el Christmas con el vino peleón en brick del lugar. Y con esa sensación de tristeza pero con la mirada puesta en la meta final, nos fuimos pronto a nuestros sobres.

Al día siguiente nos levantamos a eso de las 4 de la madrugada para ver amanecer en las Torres, y aunque al levantarnos estaba muy nublado y parecía que no veríamos nada, tras un duro ascenso a oscuras, con el tintineo de las linternas de lxs madrugadorxs como nosotrxs, entre pedrascos, riachuelillos, llegamos a la Laguna Torres, lugar donde descargan las aguas y nieves las imponentes aguas de las famosas Torres del Paine. Abriéndose un claro entre las nubes que permitió disfrutar de tan increíble visión, capturando por un breve tiempo, de no más de media hora, tan maravilloso momento, unos cuantos elegidos en silencio ante la majestuosidad de la naturaleza, con unos espléndidos haces de luz que incendiaron de tones rojizos y anaranjados las cumbres, contrastando con el azul de la laguna. Y tal como el cielo se abrió se volvió a cerrar, invitándonos a regresar al campamento para desayunar tranquilamente y desmontar las carpas.

El tramo final suponía un mero trámite hasta la salida del parque, sin embargo la naturaleza cambiante del tiempo nos hizo sufrir en los kilómetros finales, con una lluvia cada vez más fuerte, que término por calarnos completamente, y que llego a convertirse en una copiosa nevada, una vez al abrigo de las oficinas de administración del parque.

El regreso a la casa de puerto natales, lo hicimos en un bus privado al que conseguimos negociar el precio por una cantidad simbólica. Mientras observábamos perplejos la fuerza de la naturaleza que en poco tiempo había logrado cubrir de nieve los pastos, y convertía a los guanajos en singulares ciervos moteados, acorde con una estampa navideña.

Sin duda la experiencia ahondo en nosotros un vivo recuerdo, no solo por el paisaje y los momentos vividos, si no también por el esfuerzo y las ansias de superación realizadas. Acercándonos a una naturaleza casi virgen, a la que hay que respetar y procurar preservar, pero también sabiendo tomar la debidas y necesarias precauciones, ya que tiempo después nos enteramos que el mismo día de nuestra partida del parque, había fallecido una chica israelita por hipotermia, todo una nota triste que se podría a ver evitado sabiendo como actuar en estos casos.

martes, 12 de enero de 2016

PUNTA ARENAS

PUNTA ARENAS

Salimos a eso de las 8 de casa de Arif, para no perder tiempo y ponernos en la ruta, fuimos desayunando por el camino. Tuvimos suerte y al poquito de salir, un chico nos acercó hasta el puesto de policía situado a la salida del pueblo. Allí nos registramos y comunicamos que íbamos a hacer dedo y nos pusimos del otro lado del puesto.

Al poquito nos levantó un camionero que iba hasta Río Grande a cargar corderos para las fiestas navideñas. De allí otro señor nos ubicó en la ruta dirección Punta Arenas, y allí nos tocó esperar cerca de 3 horas, hasta que apareció "El Pela", con su camión  y nos invitó a subir. Charlamos, tomamos mate y conseguimos llegar a la barcaza a eso de las 21, tras un loco camino lleno de incómodo ripio.

Ahora tocaba pasar la barcaza. Entramos caminando, y conocimos a un chico chileno, Cristian, que era de Punta Arenas y trabajaba en la petrolera, él nos comentó que aunque era tarde seguro nos levantaba alguien hasta Punta Arenas y eso nos animó.

Una camionero nos acercó a lxs tres hasta el cruce y allá nos pusimos a esperar, y desesperar. Pocos eran los coches que pasaban y los que lo hacían ni nos miraban. Cayó la noche y con ella el frescor, y la necesidad de ponernos capa sobre capa para paliarlo.

De repente, un camionero al que debimos dar mucha lástima, nos levantó y llevó hasta nuestro destino. Llegamos a eso de las 0:30, y aún nos tocaba buscar alojamiento, pero ya estábamos allí, y eso era lo importante!!

Preguntamos en un par de hostel y finalmente nos quedamos en uno, un poco caro pero no estábamos para más.

Duchita, colada y cama tras un largo día en la ruta. Que duró es esto de viajar!!

USHUAIA, el fin del mundo!!

USHUAIA, EL FIN DEL MUNDO!!

Nos costó situarnos en la ruta. Caminamos y caminamos, nos colócanos en diversos lugares, pero ninguno parecía ser el más acertado, hasta que ya, agotadxs por el peso de las mochilas y la caminata, decidimos no avanzar más y probar suerte. Solo 250km nos separaban del tan ansiado "fin del mundo", aunque parecían  resistirse por momentos.

Tras un largo tiempo de espera, un chico de Ushuaia, que viajaba a visitar a su hijo, nos levantó y llevó hasta nuestro destino. Llegamos sobre las 14h.

Allá teníamos un couchsurfer, Arif, pero tras varias conversaciones y parecer que todo iba bien, en el último momento nos dejó un poco colgadxs, según nos dijo por el momento no podía acogernos, por lo que buscamos alojamiento para un par de noches.

Dejamos nuestras mochilas en el hostel y nos fuimos a comprar a la anónima, cadena de súper del sur. Preparamos algo de comer y nos fuimos a visitar al chico de couchsurfing. Nos comentó que nos podría recibir en su casa a partir del viernes.

Aprovechamos para pasear por el pueblo, rodeado de montañas eternamente nevadas y llena de turistas atraídos por el sueño de estar en los últimos confines del mundo.

Nos informamos de los atractivos del pueblo y alrededores y nos organizamos para el día siguiente.

Nos levantamos a buena hora y nos preparamos para visitar el glaciar Martial, el terreno estaba húmedo debido a la nevada de la semana anterior a nuestra llegada, por lo que yo con mis zapatillas de correr como que un poco mal, por lo que no pude subir del todo. Un lindo paisaje blanco se abría ante nuestras narices, y merecía la pena disfrutarlo.

Como el paseo no demoró demasiado tiempo, hicimos gabinete de crisis para ver a qué dedicábamos el resto del día, y decidimos  ir a la Laguna Esmeralda, recomendación de una compañera de hostel.

El día pareció abrirse y dedicarnos el más precioso sol y temperatura más agradable posible.

Para llegar hasta allá debíamos ir en auto, y como ya es sabido que no teníamos, probamos a sacar el dedo y conseguimos llegar de dos veces.

Caminamos entre grandes árboles y frondosos bosques, sorteamos como pudimos las zonas de turba, paseamos entre flores silvestres y respiramos aire puro, y tras algún que otro resbalón, llegamos a la preciosa laguna Esmeralda con un azul tan increíble, que es el que daba nombre a la laguna. Al fondo, una gran montaña nevada hacía contraste con la laguna.

Nos tumbamos y quedamos eclipsadxs, disfrutando de ese mágico instante, tan intenso, que cuando lo pienso aún se me pone la piel de gallina.

Al día siguiente fuimos al parque nacional de Tierra del Fuego. Un chico, muy amablemente, nos acercó hasta allá. Visitamos una pequeña catarata que había antes del parque en sí, y de ahí comenzamos a caminar y caminar sin a penas descansar, tratando de llegar a todos los lugares posibles y hacer todos los senderos marcados en el mapa.

Visitamos también Bahia La Pataia, lugar donde termina la ruta 3 y aparecen los kms que lo separan de Buenos Aires.

Acabamos reagotadxs, y al ver una pareja con un niño que se montaba en su auto con la intención de regresar a Ushuaia, les preguntamos si no les importaría que fuéramos con ellxs y para nada sino todo lo contrario, nos acercaron con todo el gusto del mundo.

Pasamos por el laburo de Arif, esa noche, por fin, nos quedábamos en su casa. Salía de currar a las 20:30, así que quedamos en esperarle en el hostel. Cuando pasó a recogernos, hicimos compra y fuimos a su casa. Nos preparó unas ricas tortas de verduras. Charlamos, comimos, tomamos una rica birra y disfrutamos de una agradable velada. Lástima que nos fuéramos al día siguiente y no hubiéramos podido pasar algo más de tiempo.

RÍO GRANDE

RIO GRANDE

Estábamos de suerte, y el primer camión que pasó, paró y nos levantó. Hicimos el trayecto del tirón hasta Ríos Gallegos, donde el camionero debía hacer la aduana lo que le demoraría unas cuantas horas, por lo que nos dejó en la gasolinera y probamos suerte de nuevo, aunque esta vez con un poco menos...El lugar era muy transitado pero no paraba nadie, además de juntarnos unas cuantas personas con el mismo objetivo, viajar al sur. Cuando ya habíamos perdido un poco la esperanza y tras comprar unos chocolates que nos animarán un poco, pasó nuestro siguiente transportista, Jorge, un camionero de Trelew que iba exactamente hasta nuestro siguiente destino, Río Grande.

Nos asustamos un poco cuando nos dijo que igual no llegábamos hasta el día siguiente, nosotrxs no viajamos con carpa...

El viaje, a pesar de no quedar demasiados km, demoraba bastante tiempo ya que teníamos que cruzar el estrecho de Magallanes en barcaza y después continuar por una carretera de ripio durante 80km.

El viaje en barcaza fue increíble. Nos permitió disfrutar del avistamiento de Toninas, una especie de delfines de color blanco y negro como las orcas. Jugaban junto a la barcaza, deleitándonos con su dulce danzar al son de las olas que producía la Barça con el agua.

Durante el camino observamos un cielo ardiendo, con una mezcla de colores increíbles, y es que siendo las 0:00 aún el cielo permanecía iluminado.

Sobre las 0:30 llegamos a Río Grande, y Jorge decidió que tras dejar el remolque del camión donde debía, nos acercaría a casa de Rocío, nuestra siguiente anfitriona, y así fue.

Rocío junto a su inseparable amiga Ailen, nos esperaban en su casa con unas ganas locas de hablar, que les contáramos de nuestro viaje, nuestra experiencia,...así que nos dieron cerca de las 3, y ya estábamos que nos caíamos del sueñito cuando decidimos irnos a la cama.

Al día siguiente, por mucho que intentamos dormir más, nuestro afán por madrugar pudo más. Una vez en pie fuimos a comprar con Rocío y preparamos una rica torta de espinacas y ricota, Uhmmm eso estaba excelente.

Por la tarde paseamos por la costanera, merienda con facturas en casa de Ailen y cenita rica regada con un poco de Fernet, rica bebida de origen italiano que se mezcla con coca cola y tiene un regusto especial.

A la mañana siguiente, preparamos nuestro cartel para Ushuaia, y es que ya estábamos tan cerca del fin del mundo...que una gran emoción nos embriagaba.

Nos despedimos de Rocío deseándole lo mejor del mundo y partimos hacia nuestro siguiente destino, Ushuaia!!!

PUERTO SAN JULIÁN

PUERTO SAN JULIÁN 

A las 7 de la mañana nos despedimos de Sebastián y nos encaminamos, junto a nuestras inseparables mochilas, hacía la salida de la ciudad, rumbo ruta 3! Tras unos cuantos coches pasando de largo, de repente paró uno y nos dijo que nos llevaba a Trelew, una ciudad próxima, a eso de 1 hora pero que nos ponía en movimiento desde ya.

Una vez en la gasolinera nos levanto Cristian, un camionero de Buenos Aires que hacía la ruta 3 hasta Ushuaia. Muy amablemente nos invitó a subir y ahí comenzó nuestra aventura con el mundo de los camiones.

Sobre las 20.30 y tras casi 10 horas de viaje, llegamos a Puerto San Julián. Eso sí, a mitad de camino paramos en Caleta Olivia, donde, para grata sorpresa nuestra, estaba la playa llena de Lobos marinos. Estaban ahí, al lado, se podía bajar y pasear entre ellos, aunque a mi parecer hay que aprender a respetar los espacios de los animales, el ser humano parece nunca conformarse y querer siempre más...

Una vez en Puerto San Julián, Marcos, nuestro siguiente anfitrión pasó a recogernos por la terminal de bus, hasta donde nos acercó una chica del pueblo.

Nuestra idea era pasar una única noche en esta localidad, pero debido a que llegamos muy tarde y que tuvimos una muy buena acogida, decidimos quedarnos un día más. 

Tanto Marcos como su compañera Lisa, nos recibieron con tal cariño, bondad y cuidado, que nos sentimos realmente bien. 

Se desvivieron por enseñarnos los encantos de esta desconocida población de cara al turismo. 

Paseamos por la costa, recogimos caracolas, vimos lobos marinos y unos paisajes realmente increíbles, impresionantes, hermosos. Disfrutamos de un maravilloso atardecer a eso de casi las 23 de la noche, entre diferentes rojos, morados y rosáceos, quedando latente en nuestra retina, esperamos que de por vida.

Nos deleitaron con una rica comida y cena y a la mañana siguiente, Marcos, muy tempranito, nos acercó a la ruta para continuar con nuestro viaje.

PUERTO MADRYN

PUERTO MADRYN

Tras un par de días dándole vueltas a la cabeza y consultando con la almohada cómo hacer para llegar hasta Puerto Madryn, decidimos coger un tren, que tardaba como 12 horas para hacer 600km, hasta Bahía Blanca y después continuar a dedo. E tren nos costó rebarato, 100 pesos cada unx, menos de 7 euros. El tren os podéis imaginar, del año catapum chispum y sin ningún tipo de comodidad. 

Sobre las 9.30 llegamos a nuestro destino, y sin haber dormido prácticamente nada, preguntamos por la ruta 3 hacia Puerto Madryn. La cosa se complicaba porque necesitábamos una tarjeta para poder coger un colectivo que nos llevara hasta la ruta, así que Miqui sacó su pulgar y un amabilísimo señor nos paró, y resulta que vivía cerca de la ruta, y allá que nos acercó. Su hija también había viajado y era una forma de devolver el favor.

Cuando llegamos hasta la gasolinera ya había un grupo de tres y una chica sola haciendo dedo, parecía que la cosa iba a estar complicada, pero tras 20 minutos, un señor con su furgoneta nos pregunta para donde vamos y, con tan buena suerte que iba hasta allá, QUÉ ALEGRÍA. 

El viaje fue un auténtica placer y, aunque fueron 9 horas, se nos pasó rapidísimo...

Llegamos a las 20 a casa de Sebastián, nuestro anfitrión en Puerto Madryn. Vivía en una casita chiquita que nos dejó durante los 4 días que estuvimos allá, como si fuer nuestra, y se trasladó a casa de su novia, increíble lo de esta gente, cada vez nos dejan con la boca más abierta.

El primer día paseamos por la rambla y fuimos hasta el monumento del indio que nos permitiría tener una buena vista de la costanera. Después nos dirigimos hacia la lobería, y a mitad de camino nos levantó una pareja de jueces argentinos con lxs que accedimos, pasamos por argetinxs y pagamos la mitad.

Al día siguiente madrugamos para ir a Península Valdés. Tras una hora en la ruta, vemos pasar un coche que mira nuestro cartel, pero pasa de largo, y de repente, en la lejanía escuchamos unos gritos, habían parado y nos llevaban a nuestro destino. Tres jubiladxs argentinxs muy simpáticxs y amorosxs iban a embarcarse para ver ballenas.El viaje fue bárbaro y al llegar a la taquilla de entrada dijeron ¨tres de jubiladxs y 2 normales, somos argentinxs¨, y nosotrxs con la boquita callada sin decir ni mu...y una plata que nos ahorramos.

Una vez allá, nos pusimos a caminar y a hacer nuevamente dedo, ya que para hacer el recorrido de la península se requiere de auto. Pasado un ratillo, una pareja de italianxs que estaban de luna de miel, nos levantaron y ahí comenzó un gran día lleno de lindas emociones, risas e ilusiones.

Pudimos ver los lobos marinos, todo pegados, unos encima de los otros, con enfados y gruñidos retándose de continuo.

Descubrimos que también existen los elefantes marinos, que son como los lobos pero con una nariz prominente al estilo trompa. Estos mantienen más las distancias los unos de los otros, y les cuesta la misma vida moverse, tienen que arrastrarse para poder llegar al agua, con varios descansos de por medio.

Y finalmente descubrimos a esos pequeños mamíferos tan graciosos, lindos y entrañables que son los pingüinos magallánicos. Simpáticos en su caminar e interactuar, con su corbata blanca, llevando de comer a sus crías y defendiéndolas a través de un sonido muy peculiar, y es que los pingüinos rebuznan, si si, como lo habéis oído, rebuznan igual que los burros, e impresiona muchísimo, ya que no puedes entender como un sonido tan fuerte puede salir de un ser tan entrañable!

Tras un largo y emocionante día, regresamos, agotadxs a nuestra casa durante unos días.

Al día siguiente nos lo tomamos con mucha calma, de paseo y preparación de nuestro siguiente destino, Puerto San Julián.

Colonia

COLONIA

En caminados ya en direccion a Argentina, hicimos escala en la pintoresca localidad, donde nos acogió una familia muy especial, formada por Pamela y su 2 hijos, ademas de una continua visita de sus distintos hermanos, ávidos por conocer otras culturas y amigos de distintos lugares.

Pffff... Sentimos ser tan poco expresivos y continuar con este esquema descriptivo de nuestras correrías por las Américas. El caso es que se escriben con un periodo de cierta distancia, que por un lado nos obliga al recuerdo de un pasado reciente, y con ello cierto hastío al impedirnos disfrutar del momento presente. Es así como la propia avidez de experiencias nos convierte en tan pésimos escritores, con escasa paciencia para relatar nuestras vivencias, a la par de una conexión más directa en el día a día mediante la tecnología, que nos impacienta en el envío y recepción de información de nuestros seres queridos.
Escribimos estas líneas a mas de 3500 kms de un tiempo pretérito, congelado en nuestro recuerdo, como las nieves perpetuas de las montañas que nos rodean y acompañan al imponente pico del Fitz Roy, en El Chalten, tras la celebración del año nuevo y pequeña resaca del día después. A escasas horas de retomar nuestro camino por la ruta 40 hacia el norte de Argentina y Chile, como esperamos retomar la senda de nuestra pequeña bitácora.

Retomando el hilo, el primer día visitamos la zona del casco antiguo done se encontraba unas ruinas testimonió de la disputa entre portugueses y españoles por este importante enclave; así como una iglesia con una exposición artística sobre aves realizadas en hierro forjado y cerámica. Por la noche disfrutamos de una maravillosa puesta de sol, junto a la zona costera, con la mirada perdida entre el mar de plata y nuestro próximo destino, Argentina.

Al día siguiente acudimos a la playa tomándonos un tiempo para descansar, tomar el sol y comer a modo de un pequeño picnic, tras el cual paseamos por la costanera hasta el centro. Aprovechando para conocer los lugares que nos terminaban por visitar, como el paseo junto al faro y las callejuelas de influencia portuguesa.

Por la noche dimos un pequeño paseo con los hijos de nuestra anfitriona hacia un parque próximo, cuidando y jugando con esos pequeños monstruos.

Al día siguiente realizamos los preparativos necesarios para cruzar el Mar de la Plata hacia Buenos Aires, con un buque que tardaba aproximadamente 2 horas, aprovechando para enviar nuestras últimas postales desde el Uruguay.

BUENOS AIRES

Buenos Aires

Y llegamos a la Argentina!....Sobre las 19:30 arribamos a Buenos Aires, tomamos el metro y un colectivo hasta la casa de nuestro amigo Mario, quien nos recibió, junto a "Uru" (Sebastian), muy cariñosamente . Cenamos, tomamos en casa y salimos a disfrutar de la noche bonairense. Estuvimos en la cervecería artesanal de un amigo en el barrio de Palermo, de ahí a una selecta vinacoteca y finalmente terminamos en un garito más bailongo, donde charlamos animadamente con la gente, estábamos eufóricxs de estar allá rodeadxs de tan buena gente. Finalizamos la noche tomando unas ricas y famosas porciones de pizza y .....

Nada más levantarnos ya teníamos plan para ese día, y que mejor que disfrutar de un caluroso sábado, con un rico asado en la azotea de Caro, una simpática y loca argentina amiga de Uru.

Nos juntamos unxs cuantxs, con comidas y bebidas varias, y es que el día estaba perfecto para ello. Lo regamos todo con cerveza Quilmes, y de allí pasamos a conocer nuevos espirituosos como el Fernet y el xxxfizzi, además de las conocidas facturas, unos dulces con tan extraño nombre.

El domingo fuimos a un terreno,a una hora de Buenos Aires, que Mario había comprado con intención de, en algún momento construirse una casita para huir de la ajetreada ciudad. Así que nuevamente disfrutamos de un asado, esta vez en compañía de una pareja y sus 2 hijos, con los que disfrutamos de lindas conversaciones, y un día precioso. A la vuelta estuvimos tomando mate y un jugo en el parque Mafalda, en la zona de Palermo.

El lunes habíamos quedado con Uru en visitar la ciudad con unas bicis que nos habían prestado, teníamos que pasar a recogerle y comenzar el paseo, pero nos fuimos erróneamente a otro lugar, con la misma dirección pero en una zona totalmente opuesta, por lo que demoramos una hora. A parte, yo no me sentía muy segura manejando por la ciudad, un estilo Madrid, con mucho tráfico, así que decidimos dejar las bicis, avisar a Uru y pasear por nuestra cuenta. Ese día aprovechamos para recorres la calle corrientes, llena de teatros a ambos lados de la calle, gente paseando, comprando, tiendas de discos, libros de segunda mano..., todo una locura al más puro estilo gran vía madrileña, o Broadway, sobretodo a esta última a la hora del encendido nocturno, con sus luces y neones de colores (aunque tristemente todas las ciudades tienden a parecerse en las zonas comerciales). También llegamos hasta la zona del obelisco, la avenida 9 de Julio, y de allí la casa Rosa, que en esos días estaba en pleno conflicto por la ceremonia de investidura del nuevo presidente electo. A pocos metros hallamos la tristemente recordada Plaza de Mayo, por las concentraciones y manifestaciones de las abuelas y madres de los desaparecidos durante la dictadura; lugar también que acoge otras manifestaciones, por encontrarse frente a la presidencial Casa Rosada. Frente a la plaza, está la catedral de la ciudad, desde donde hizo carrera el nuevo Papa.

Por la tarde quedamos de nuevo con Uru, para disfrutar  del espectáculo de la Bomba del Tiempo, un directo de percusión, dirigido mediante lenguaje de signos y distintos intérpretes. Todo una diversión de ritmo y alegría, que nos alegró el corazón y nos conecto de nuevo con la alegría del candombe Uruguayo. A la salida lo celebramos con unas cervezas en un local de billar enorme, con más de una decena de mesas, junto con puestos de Ping pong, y futbolín.

Los siguientes días, los dedicamos en profundizar un poco más en el conocimiento de esta enorme ciudad, utilizando el barato transporte urbano, y la compra de la necesaria tarjeta Sube, salvando las grandes distancias de esta basta urbe. Es así como llegamos al famoso barrio de San Telmo, con sus antigüedades, y estilo próximo al barrio de Malasaña, donde se concentra la juventud y los artistas de la ciudad, reinterpretando el lugar desde un punto de vista más moderno y bohemio, pero también más caro y con menor entidad.

Otro de las visitas obligatorias fue la zona del barrio de La Boca, todo una especie de decorado multicolor, que interpretaba a su manera un antiguo asentamiento de clases pobres, con sus casas de chapa e inestabilidad. Que se inundaba con gran facilidad, pero que en la actualidad está llena de coloridas pintadas, zonas de restauración, con actuaciones de parejas de tango, con músicos en directo. Todo ello al abrigo del estadio de fútbol del Boca junior, y que por falta de interés balompédico dejamos totalmente al margen.

Una de las tardes de regreso a la casa de nuestro anfitrión, coincidimos con la celebración del día mundial de la lucha contra el sida, disfrutando de la actuación de distintos grupos, junto a la zona del Congreso. Un gran edificio, a la manera de su homólogo estadounidense  en el DC. Allí presenciamos el vertiginoso arte del Tango interpretado por una de las más grandes figuras del momento Maximiliano Guerra y su pareja, en plena calle, lo que provoco un gran revuelo. De ahí el espectáculo tomó literalmente ruedas, al ser trasladado en un trailer, el directo de la popular banda de los Piojos por la calle principal de la Av Corrientes hacia el Obelisco.

Visitamos también la zona de la Costanera Sur, todo un maravilloso parque natural, de protección los humedales y zonas próximas al río Mar de la Plata, donde aparte de dar un gran y relajante paseo, aprovechamos para relajarnos con las vistas del río, el contacto directo con la naturaleza, la vegetación y su fauna, todo ello a escasos metros del llamado microcentro. Ese mismo día, llevados por nuestros pasos acabamos en Puerto Madero, una relativa zona nueva restaurada con mucho lujo, y llena de diques y edificios acristalados, en gran contraste con el buenos aires conocido hasta el momento, donde se encuentra el puente de la mujer, así como otras atracciones a modo de buques y corbetas de la marina.

En los aspectos más culturales visitamos el famoso Teatro de Colón, imponente y mayor que el Teatro de la Ópera de Madrid, propio de la grandeza y el esplendor que el país disfruto en el siglo XIX hasta principios del siglo XX. Desde allí nos dirigimos al gratuito museo de Bellas Artes en el barrio ...., donde pudimos admirar las obras de artistas tan reconocidos como Zezzane, Pisarro, Goya, Velazquez, Soroya, el Greco, Zurbaran, Rembrant, Monet, Torres García y un largo etcétera, incluyendo las manifestaciones artísticas de los nuevos intérpretes latinoamericanos. A la salida, totalmente rendidos por nuestro vagar en la pinacoteca, descansamos un poco tendidos en el verde césped del parque de las Naciones Unidas, presidido por una curiosa instalación, formada por una amapola gigante de hierro o aluminio pulido y gigante, que abría sus pétalos en función del sol, buscando su calor y reflejo a modo de una gran maravilla, tal y como llaman por acá a los girasoles.

Uno de los días de nuestro gran vagar, hallamos abierto el imponente museo Kitchner, antiguo edificio de correos, que el gobierno de Cristina abrió en conmemoración de su marido y querida figura presidencial. Recorriendo el inmenso edificio, con unas increíbles instalaciones, como es el auditorio en forma de ballena de cables de acero y en cuya azotea alberga una zona de exposiciones de fotografía, así como un balcón donde se,celebran actuaciones de grupos de música al modo del balcón de la Casa Encendida. También admiramos las distintas exposiciones sobre los últimos acontecimientos políticos entorno a la querida figura de Eva Perón, así como la conmovedora y necesaria exposición sobre las Abuelas de Mayo y los desaparecidos de la dictadura, con un impactante material gráfico que desvela la estoica lucha por encontrar a los nietos e hijos desaparecidos, y que en esos días coincidió con el hallazgo de uno de ellos con vida y plena conciencia. A propósito nos permitimos aconsejar el informe encargado a la comisión dirigida por el escritor Onetti, llamada NUNCA MÁS, que relata los desmanes e impunidad de los militares y sus cómplices en este país.

Una de las casualidades del momento nos llevo a la visita de un festival de cine, con el visionado de la película documental "Soy Tambor", que explicaba la introducción del candombe desde la vecina Uruguay, al huir de la represión de la dictadura que también sufría, extendiendo la presión de tan alegre manifestación de ritmo y alegría, principalmente por gentes de origen africano y/o uruguayo.

También, por indagación conocimos la Usina del Arte y un increíble espectáculo de Tango, a manos de la prestigiosa y reconocida bailarina Mora Godoy, que acercaba la expresión de este arte, por momentos a zonas próximas al ballet clásico, espectáculo circense de piruetas o posiciones imposibles, o fusión del tango clásico con la electrónica, a cargo del múltinstrumentista del grupo Bajo Fondo, con el que terminó la velada. De vuelta a casa, de regreso por San Telmo, coincidimos con un maravilloso desfile de candombe al que no pudimos dejar de unirnos, disfrutando y bailando hasta altas horas de la noche.

Terminamos despidiendonos de esta maravillosa ciudad y nuestros increíbles amigos, dándonos cita en la conocida pizzería Xxxx disfrutando de unas pizzas de mozarella y fugazetta, acompañada de una fainá, para terminar con unos riquísimos helados de vainilla y dulce de leche.

Sin duda estos mas de diez días, han sido todo un carrusel de aventuras y disfrute, de los que siempre estaremos agradecidos a los enormes amigos Mario y Uru, con una envidiable y sincera relación de amistad que hacia contagiar de alegría, buen humor, amor y disfrute de la vida. Viviendo intensamente y prácticamente sin descanso cada segundo. Nos apuntamos el lema de nuestro amigo "Vivid una vida para recordarla"