martes, 12 de enero de 2016

USHUAIA, el fin del mundo!!

USHUAIA, EL FIN DEL MUNDO!!

Nos costó situarnos en la ruta. Caminamos y caminamos, nos colócanos en diversos lugares, pero ninguno parecía ser el más acertado, hasta que ya, agotadxs por el peso de las mochilas y la caminata, decidimos no avanzar más y probar suerte. Solo 250km nos separaban del tan ansiado "fin del mundo", aunque parecían  resistirse por momentos.

Tras un largo tiempo de espera, un chico de Ushuaia, que viajaba a visitar a su hijo, nos levantó y llevó hasta nuestro destino. Llegamos sobre las 14h.

Allá teníamos un couchsurfer, Arif, pero tras varias conversaciones y parecer que todo iba bien, en el último momento nos dejó un poco colgadxs, según nos dijo por el momento no podía acogernos, por lo que buscamos alojamiento para un par de noches.

Dejamos nuestras mochilas en el hostel y nos fuimos a comprar a la anónima, cadena de súper del sur. Preparamos algo de comer y nos fuimos a visitar al chico de couchsurfing. Nos comentó que nos podría recibir en su casa a partir del viernes.

Aprovechamos para pasear por el pueblo, rodeado de montañas eternamente nevadas y llena de turistas atraídos por el sueño de estar en los últimos confines del mundo.

Nos informamos de los atractivos del pueblo y alrededores y nos organizamos para el día siguiente.

Nos levantamos a buena hora y nos preparamos para visitar el glaciar Martial, el terreno estaba húmedo debido a la nevada de la semana anterior a nuestra llegada, por lo que yo con mis zapatillas de correr como que un poco mal, por lo que no pude subir del todo. Un lindo paisaje blanco se abría ante nuestras narices, y merecía la pena disfrutarlo.

Como el paseo no demoró demasiado tiempo, hicimos gabinete de crisis para ver a qué dedicábamos el resto del día, y decidimos  ir a la Laguna Esmeralda, recomendación de una compañera de hostel.

El día pareció abrirse y dedicarnos el más precioso sol y temperatura más agradable posible.

Para llegar hasta allá debíamos ir en auto, y como ya es sabido que no teníamos, probamos a sacar el dedo y conseguimos llegar de dos veces.

Caminamos entre grandes árboles y frondosos bosques, sorteamos como pudimos las zonas de turba, paseamos entre flores silvestres y respiramos aire puro, y tras algún que otro resbalón, llegamos a la preciosa laguna Esmeralda con un azul tan increíble, que es el que daba nombre a la laguna. Al fondo, una gran montaña nevada hacía contraste con la laguna.

Nos tumbamos y quedamos eclipsadxs, disfrutando de ese mágico instante, tan intenso, que cuando lo pienso aún se me pone la piel de gallina.

Al día siguiente fuimos al parque nacional de Tierra del Fuego. Un chico, muy amablemente, nos acercó hasta allá. Visitamos una pequeña catarata que había antes del parque en sí, y de ahí comenzamos a caminar y caminar sin a penas descansar, tratando de llegar a todos los lugares posibles y hacer todos los senderos marcados en el mapa.

Visitamos también Bahia La Pataia, lugar donde termina la ruta 3 y aparecen los kms que lo separan de Buenos Aires.

Acabamos reagotadxs, y al ver una pareja con un niño que se montaba en su auto con la intención de regresar a Ushuaia, les preguntamos si no les importaría que fuéramos con ellxs y para nada sino todo lo contrario, nos acercaron con todo el gusto del mundo.

Pasamos por el laburo de Arif, esa noche, por fin, nos quedábamos en su casa. Salía de currar a las 20:30, así que quedamos en esperarle en el hostel. Cuando pasó a recogernos, hicimos compra y fuimos a su casa. Nos preparó unas ricas tortas de verduras. Charlamos, comimos, tomamos una rica birra y disfrutamos de una agradable velada. Lástima que nos fuéramos al día siguiente y no hubiéramos podido pasar algo más de tiempo.

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