jueves, 25 de febrero de 2016

PEQUEÑOS TESOROS

"Pequeños tesoros son aquellos en los que pone: Aquí estoy
Más considerables son aquellos en los que pone: Te acuerdas
Pero los tesoros más bellos son aquellos en los que pondrá: Yo estuve allí"

Durante este pequeño viaje por 7 países en 8 meses se ha conformado no solo de recuerdos y vivencias de inconmensurables paisajes. Del disfrute de una naturaleza infinita, de la playa a la montaña, cientos de caminatas que nos acercaban a lugares únicos e irrepetibles, ya fueran cascadas, calas, playas, barrancos, picos, cerros, montañas, valles, vestigios de otras culturas e historia, islas, ciudades, calles, callejuelas, pueblos, parques naturales, etc.

Los cientos de amaneceres, atardeceres, estrellas, lunas, entender que acá no se tiene como referencia la estrella polar, si no la cruz del sur, aunque sigamos sin encontrarla; cielos inmensos, nubes, todo tipo de fenómeno metereologico cambiante en el mismo día, ya sea un sol o frío de justicia, lluvias torrenciales, selváticas, tropicales, nieve, granizo; las distintas estaciones, inexistentes en algunos sitios, con un verano o primavera continuos, u otros donde nos aproximamos al otoño e invierno, para volver de nuevo al calor austral de justicia, con una capa de ozono debilitada que hace necesario estar siempre protegidos....

La fauna y la flora tan variada y exuberante. Helechos milenarios, palmeras de todo tipo, vegetación selvática, flores de todos los colores, formas y tamaños, árboles gigantes a los que poder trepar como hominidos, del caucho, y alguno que parece caminar con cierta movilidad, nenúfares gigantes, plantas trepadoras por doquier, compitiendo siempre por una franja de sol y alcanzar la mayor altura,; troncos con espinas, creciendo con sus ramajes a lo alto y ancho; bosques de lengas, arrayanes, coiques, majestuosas araucarias... Todo tipo de frutos moras, frutillas, cerezas, arándanos, grosella, cocos, sandias, mangos, bananas, palta, papaya, guayaba, uvas....
Fauna como delfines, delfines rosados de río, caimanes, monos, perezosos, boas, reptiles, mariposas, jaguar, tapiz, carpincho, capivaras, armadillos, llamas, vicuñas, alpacas, peces de todos los tipos y colores, de río y mar; pájaros tucanes, loros, papagayos, carpinteros, colibríes, águilas, búhos, lechuzas, pechopintados, gaviotas, cormoranes, garzas, pelicanos, flamencos blancos, rosados, bolivianos y chilenos, pingüinos. También leones y lobos marinos, toninas, ballenas, tortugas de mar, cangrejos, rayas... Escarabajos y por supuesto todo tipo de mosquitos: normales, borrachudos, zancudos...

De relación y amistad con las gentes y amigos de todos los lugares. Del aprender otras formas de querer y darse sin esperar nada a cambio, de confiar en las personas y abrirse siempre.

También nos han acompañado cientos de kilómetros y cientos de medios de transporte, ya se en ónibus, colectivo, movilidad, micros, trufis, remis, camiones, pickUps, camionetas, coches particulares, tren, avión; practicando garona o el dedo...

Con nuestras cuatro pertenencias sobre los hombros, y que hemos sabido reducir, dejando u olvidando en el camino, todo aquello que fuera un peso innecesario, desde el calzado desgastado por el uso, la ropa interior que desapareciera por causas inexplicables, el abandono de todo abrigo con la llegada de climas más cálidos...

Realizando siempre un alto en el camino en el eventual refugio que nos albergara por unos días, ya fuera el hostel, la posada o residencia de turno, la casa de nuestros ángeles protectores de couchsurfing, o bien que nos abrieron sus puertas sin casi conocernos y que ha hecho aumentar nuestro círculo de amistades, o incluso últimamente la carpita o tienda de campaña que nos agenciamos con el buen tiempo. Esto implica, las cientos de camas y colchones, sofás, colchonetas, jardines, sacos de dormir, mantas y esterillas....

Nuestra relación con las comidas, aunque seamos un tanto especiales y poco amantes de lo sibarita y restaurantes, con los salgados y pasteles de queijo, la comida a quilo, sopas de milho, de maíz o porotos, empanadas de patata con queso, salteñas, humitas y humintas, algún que otro pescado, cebiche, comidas en los mercados, puestos callejeros, pizzas de todo tipo, pero ninguna tan insuperable como la capitalina bonairense... La fainá, y el dulce de leche, chocolates varios, helados, frutas y verduras. Los asados, especialmente en Uruguay y Argentina, coloreadas con pimientos con queso y huevo, ensaladas varias, las recetas vegetarianas que nos llevamos y unas cuantas tortillas españolas que cocinamos como intercambio y agradecimiento cultural.

Coleccionando sellos de entrada y salida en nuestros pasaportes, de nuestra zigzagueante ruta, que ha vuelto loco a más de una aduana, con periodos de estancia de tres meses, o prorrogados por algunos días de más. O con sellos de grandes hitos como Machupichu y torres del Paine.

Todos ellos imposibles de sintetizar en estas frases, pero siempre presentes en nuestro maravilloso viaje, al que sin duda alguna revisitaremos con la memoria y el atesoramiento de mágicos momentos.

ARGENTINA y vuelta a empezar

miércoles, 24 de febrero de 2016

URUGUAY, UN LINDO PAISITO

URUGUAY UN LINDO PAISITO

Estando en Brasil ya oímos campanas, y se nos caía otro mito, Pepe Mujica no era tan buen gobernante como creíamos. sin embargo la caída de expectativas con el tiempo se fue matizando, al ir adquiriendo nuestro propio punto de vista.

Encontramos en este pequeño país muchas similitudes con la españa de los años 80, donde el socialismo procuraba construir un estado de bienestar que nunca disfrutamos, a imagen y semejanza de los países europeos del norte. Aunque con ciertos matices, que lo hacen singular, como por ejemplo la Educación gratuita desde los 3 años hasta la universidad incluida, y que lleva siendo así desde hace un centenar de años, sobreviviendo incluso a las intenciones de la dictadura.

Salvando las distancias son conocidas las principales medidas como la legalización de la marihuana y el matrimonio homosexual. Aunque también hay que decir que el gobierno esta sometido a unas Cortes con mayor poder que el nuestro, limitando mucho la labor del ejecutivo. Es así que la imagen que se tiene de Pepe, es la de un filósofo, que se ha rodeado de personas algunas de ellas bastante incapaces, y donde tal vez los anhelos y lucha de libertad originales del conglomerado Frente Amplio se han ido suavizando, ya sea por lo heterogéneo del Frente o por la propia ostentación del poder. Uno de los debates más encendidos, es la especie de ley de memoria que evita juzgar a los militares, por su participación en la dictadura y sus actividades de persecución de la disidencia y grupos democráticos, así como la práctica de la tortura. De las que fueron víctimas principales los Tupamaros, como el actual ministro de defensa, así como Mugíca. 

El frente Amplio es una suma de partidos de izquierda, en los que están incluidos desde socialistas, comunistas, Tupamaros (como es el caso de Mugíca), y otros tantos. Que consiguieron gobernar hará casi una década, gracias a la movilización del voto en el extranjero, que ansiaba un cambio de los corruptos y conservadores gobiernos de los blancos y los colorados. Su gobierno ha logrado grandes avances, como elevar el salario mínimo, la nacionalización de la electricidad, el petróleo, cierta industrialización, ayudas al campo.... Consiguiendo un primer efecto de ilusión, haciendo que regresarán todos los emigrantes uruguayos dispersos por todo el mundo. Sin embargo, esta ilusión inicial poco a poco se ha ido transformado en amarga decepción al comprobar el aumento de los precios y el nivel de vida, que hacen muy difícil llegar a fin de mes. También existen grandes quejas por el funcionamiento de las empresas públicas, como la de telefonía y la luz, al dar unos servicios lentos y burocratización, aunque por otro lado se defienden frente a empresas privadas que dan los mismos servicios, y tal vez no se valore el coste laboral que se produciría al primar tan solo el beneficio y la rentabilidad económica. Por otro lado muchos uruguayos se han sorprendido al saber que en nuestro país no existe banca pública, como si ocurre allí, aunque practican a nuestro entender una política económica muy peligrosa, al igual que en gran parte de Sudamérica, como es el fácil acceso a préstamos y pagos aplazados, provocando una economía de consumo que obliga continuamente a endeudar a su población.

Nuestra experiencia con la salud pública ha sido un tanto marciana, por el referido incidente de Raquel y el grano en la ceja, que pudo ser y menos mal que no fue una mosca berro. Por lo pronto, no hubo ningún impedimento para la atención medica a un extranjero, aunque existen ciertos convenios entre la salud pública y privada, en los de la descongestion de la pública, lo que ya hecho según cuentan, bajar mucho la calidad de ambas. Pero si que denotamos ciertas carencias y falta de inversión, que entendemos procurarán solventar con el tiempo.

Es el carácter del uruguayo, muy afable y sencillo, lo que te hace sentirte muy bien. Siempre hospitalarios, tienen ese sentimiento de país chiquito que no se podrá equiparar nunca a otros, con cierto complejo, que evita cualquier delirio de grandeza. Por supuesto también fueron marcados por una atroz dictadura, que provoco la emigración hacia países vecinos, donde a muchos llego por alcanzarle las dictaduras del país que les acogió, ya sea Argentina o Chile.
Tienen también una marcada preferencia por la naturaleza, el campo y la ganadería, cual gauchos y una de las actividades que gustan de practicar, al igual que sus vecinos argentinos, es el asado, así como la acampada en zonas verdes.
Grandes conversadores, pero no altisonantes, comparten siempre su inseparable mate, al igual que su litrona, ya sea en los paseos por los malecones y grandes avenidas, o bien al son del candombe que ensaya todos los fines de semana

jueves, 18 de febrero de 2016

RESISTENCIA

RESISTENCIA

El paso por esta población se resume en la necesidad de hacer un breve receso en nuestro trayecto hacia la costa brasileira. Siendo sinceros, el lugar en sí no ha mostrado interés alguno, salvo conocer la filosofía de la persona que nos alojó. Todo un ser desprendido, animado por ayudar en todo lo posible, a cualquier viajero que se deje caer en su casa. Llegándose a convertir en un mochilero más en su propia casa.

SALTA

SALTA

Esta ciudad ha supuesto tan solo un alto en camino y un cambio en nuestra forma de viajar, ya que hemos dejado el hábito de mostrar el pulgar, por un autobús de línea rumbo a nuestro destino final.

Así pues, un tanto cansados de la  ajetreada vida del mochilero, procurando conocer lo máximo posible, siempre a cuestas con la pesada mochila. Decidimos acortar nuestra visita al norte argentino, un tanto por la urgencia, otro tanto por el ansia del regreso, y estar próximo al entorno donde partirá nuestro avión de regreso a reencontrarnos con nuestra familia. 

La estancia final ha sido finalmente de un día y una noche, paseando por el microcentro y sus principales puntos de interés. Descartando otras etapas que nos habíamos propuesto como Córdoba y Cafayate.

Tiene la ciudad de Salta, a la que apodan la linda, cierto aire colonial, un tanto al estilo de la Serena y Trujillo, pero tal vez más grande. Con casas de escasa altura, de nos más de dos metros y cierto aire andaluz. Esta repleta también, de iglesias monumentales, las más destacadas son las de San Francisco y su Catedral, en plena plaza 9 de julio y recomendables museos, que no llamaron nuestra atención, ya que proveníamos de admirar la naturaleza próxima del norte Salteño.

A pesar de todo,no dejamos de probar una de sus principales atracciones, el teleférico que asciende por el cerro que sirve de referencia a la hora de orientarse y situar correctamente el Oriente. Desde sus lomas admiramos el verdor de la zona de Cachi, y que suelen vender en conjunto con Cafayate, los principales touroperadores de la ciudad, para disfrutar de la quebrada de Cafayate y los figuras que se aprecian en su naturaleza. 

Tras disfrutar de las vistas, descendimos por un paseo en forma de escaleras convenientemente emboscados por el verdor de la naturaleza, ya que el sol y calor  llega a ser insoportable, de manera que llegan incluso a tener por costumbre la toma de la siesta, y el cierre de negocios entre las 15h y 17h. Una vez llegado al tramo final, encontramos en la base de su loma, la estatua al libertador Gaucho general Güemes, figura a la que actualmente se esta poniendo en valor, por su participación en la independencia de la nación.

Desde allí paseamos por la avenida de San Martín, junto al extenso parque que llega contener un lago al estilo del retiro madrileño, y repleto de puestos de artesanía! venta de panchos y comida rápida, así como otras baratijas. Nuestro divagar nos llevo por distintas calles peatonales, así como la clásica visita al mercado dl lugar donde comimos, antes de subir a nuestro colectivo. Descansando la noche anterior en la plaza principal, sentados en sus bancos y disfrutando de un rico helado de dos bochas, mezclado por supuesto con dulce de leche. Otro de los paseos nos llevo por la calle de Balcarce, famosa por ser la zona de marcha, y lugar de peñas y actuaciones gauchas.

Por la noche festejamos el resultado satisfactorio del conflicto laboral de Raquel con una buena cena, en el recomendado restaurante Don José. Tomando las que posiblemente sean nuestras últimas Humitas y unos ñoquis, que tenía antojados desde nuestra estancia en Uruguay (donde suelen consumirlos a finales de mes, en recuerdo a tiempos de escasez). Regresando pronto a nuestro hostal, para hacer los preparativos de la partida.

HUMAHUACA

HUMAHUACA

Nuestra principal meta era sin duda Iruya, localidad de la que nos habían hablado muy bien, pero ante la falta de pesos en metálico teníamos que hacer una parada en el camino, allá en Tilcara. A la llegada al cruce de la ruta principal, apareció para nuestra sorpresa una patrulla policial que empezaba a cortar el tráfico en esa dirección. Nosotros al ir a pie no teníamos prohibición alguna, sin embargo no existía movilidad alguna a la que le permitieran transitar. Después de un tiempo preguntamos a los gendarmes qué ocurría y nos dieron explicaciones vagas, que si por las lluvias el río se había desbordado, que si un coche cruzado en la ruta, pero nada claro.

Interpelamos a los vehículos que venían en dirección contraria, circulando sin problema alguno, y ellos decían no haber visto nada, de hecho pensaban que la cuestión se producía en nuestro punto. Tras horas de espera con un sol de justicia, y deliberando entre nosotros que hacer, la gente se empiezó a calentar y saltarse la barrera cada uno de manera más descarada, sacando el carácter italiano macarrero que llevan dentro.

Tras varios toma y daca con los gendarmes, que si ahora nos escapamos unos, que si ahora la barrera la pongo más allá.... Conseguimos que una pareja nos acercara a la localidad de Maimara, y de allí un paisano muy majo que nos ofreció llevarnos directamente a Humahuca, y que al parecer era más grande y con más ofertas de bancos y cajeros que Tilcara. A la altura de Tilcara, pudimos observar con nuestros ojos la magnitud del problema. Aquello parecía un campo de refugiados de la cruz roja, con la gente intentando huir en lo primero que fuera posible. Y es que, resulta que tiene tanta fama Tilcara por su carnaval, que el pueblo sufrió una avalancha de Porteños, a lo que se unió una serie de tormentas que provocó desbordamientos y al parecer también desparecidos, todo ello un tanto confuso y caótico.

Al llegar a nuestro nuevo destino buscamos un camping, y tras instalarnos bajamos al centro a participar del carnaval, y una vez allí el Miqui sufrió toda una recaída en forma de golpe de calor que le dejó grogui para el resto del día. Tras una pequeña siesta en el césped, todavía este cabezota se empeñó en dar una vuelta por el pueblo, donde visitamos, entre otros el monumento a los indígenas que participaron en la independencia y una bonita vista de la ciudad, desde lontananza salpicados por una serie de imponentes cactus, con enormes brazos hacia el cielo, al puro estilo del oeste americano.

Al regreso compramos unas empanadas de queso, baratitas y muy ricas, tumbàndonos y después de otro resurgir volvimos a por más empanadas, pero esta veZ con una mejor oferta si cabe.

Tras una noche de lluvias continua, amaneció con una mañana triste y nublada, torciendo nuestros planes iniciales de visitar la Quebrada de los 14 colores. Así pues nos acercamos al pueblo y una vez allí coincidimos con una comparsa que estaba tocando, por lo que decidimos unirnos y empezó a circular un brebaje alcohólico parecido al rebujito, ofreciéndonos también hojas de coca. Y al haber sido advertidos con anterioridad de no evitar las invitaciones, por poder ofenderse, aceptamos, primero de mala gana, pero poco a poco más integrados y alegres. Siendo así como participamos del rito del chayar con la pachamama. Donde realizamos una serie de ofrendas a la madre tierra, principalmente en forma de alcohol, siendo conectados con ella y con la comparsa.

Después de toda esta aventura fuimos a comer y ver si era posible hacer la visita a la quebrada, pero las nubes impedían el disfrute de las vistas, postergandolo para el día siguiente y prácticamente abandonando la idea inicial de acudir a Iruya, por el riesgo de las lluvias. El resto del día lo pasamos paseando por el pueblo, observando como chayaban sus autos, para evitar posibles accidentes. Y por la noche uniéndonos a las distintas comparsas que desfilaban por las calles principales, con su música y diablillos.

Al día siguiente con un tiempo espléndido, luchamos por una buena oferta y acompañados por unos jóvenes porteños, viajamos en la parte trasera de una pickUp, hacia el Hornacal, famoso cerro de los catorce colores. Al llegar a contemplarlo el silencio se hizo ley, disfrutando de sus bacanas vistas, realizando una pequeña caminata por la montaña próxima, que permitía contemplarlo. Sin lugar a dudas la espera había válido la pena y nadie nos iba a quitar esta maravillosa impronta en nuestra retina.

Al regresar retomamos nuestras cosas en el camping, para hacer dedo camino a Salta, con la idea, de tal vez, visitar el Cafayate. Siendo levantados por un verdulero muy amable que terminó dejándonos a escasos 80km de nuestro destino, con un cargamento de verduras y hortalizas

PURMAMARCA

PURMAMARCA

Desde Susques hasta Purmamarca viajamos en una pickUp donde coincidimos con uno de nuestros compañeros de aventura horiundo de Salta. Sentados en la parte de atrás pudimos contemplar un nuevo y cambiante paisaje, que nos llevo a atravesar las Salinas grandes y la quebrada de Humahuaca. Entre unas vertiginosas y zigzagueantes montañas, repletas de imponentes cactus, propios de las películas del oeste, con zonas áridas y arcillosas, mezclando por momentos grandes lugares de vegetación.

Poco a poco la quebrada se iba picando cada vez más abajo, con unas curvas muy cerradas, que por momentos producían gran impresión, sobretodo al cruzarnos con los camiones Paraguayos que subían para cruzar hacia Chile.

Tras 2 horas y media de trayecto, llegamos a Purmamarca. Un pueblito pequeño, con apenas calles sin asfaltar; pero debido a la celebración del carnaval, lleno hasta arriba de turistas, sobre todo bonairenses, en busca de la autenticidad del carnaval, y su conocido cerro de los 7 colores.

Los camping estaban llenos, y hacía un calor tremendo, así que en el primero que nos dijeron que tenían hueco para una carpa chiquita, allá que nos instalamos. Aunque la sorpresa llegó cuando nos dijeron que la noche anterior había llovido muchísimo, y que en el mes de febrero son típicas este tipo de lluvias... Ohhh, problemon para nosotrxs, nuestra carpa era de verano y no tenía cubre capa para la lluvia. Debíamos buscar una solución para no acabar surcando los ríos a bordo de nuestra pequeña carpa.

Una vez instaladxs, tomamos nuestras mochilas, compramos unas excelentes empanadas de queso, tomate y albahaca, cocinadas a la parrilla, y que debían ser la principal fuente de alimentación de lxs turistas durante esos días, debido a las grandes colas que se generaban a su alrededor.

Ya teníamos todo lo necesario, así que nos fuimos a pasear por el cerro de los 7 colores. Una serie de montañas superpuestas de diferentes gamas de colores, verdes, blancos, granates, amarillos, rojos,...,se abrían ante nuestros ojos, dejando un paisaje totalmente idílico, precioso, majestuoso. Lo realmente bueno era que podíamos pasear entre ellas, subir, bajar, serpentear, sentarnos a admirar, sin problema de tiempo limitado ni presión de ningún tipo, solo dejándonos llevar e inmiscuir entre aquel fenómeno natural tan maravillo.

Tras un lindo paseo a través de los senderos multicolores, nos dejamos caer por el pueblo, debido a la repentina lluvia que comenzó a caer pasadas las 16 de la tarde. Conseguimos hacernos con un plástico negro gigante, que nos costó bastante carito, como casi todo en la argentina, pero que nos hizo las veces de impermeable para la carpa. Y así conseguimos salvar las lluvias nocturnas!

Paseamos por el pueblo, cuatro cuadras y media, como suelen decir por acá. Comienza el carnaval, suena la música de la comparsa y aparecen lxs diablillxs, denomiadxs en estas tierras, "La Salamanca", y claro, esto llamó muchísimo nuestra atención; ¿por qué se denominaba así al diablo?, ¿tenía algo que ver con nuestra nuestra tierra charra salmantina?. Y claro que sí, ya que nos contó una pareja argentina que en tiempos posteriores a la colonización se trasladó el enfrentamiento o choque entre los mas aventurosos y de dudosa procedencia, dedicados al robo y pillaje en las nuevas tierras con los mas eruditos y estudiantes, representados por la Universidad de Salamanca. Así unos, porqueros, agricultores, carceleros, militares.... Trasladaron la idea de que todo el saber y conocimiento deriva del demonio o tiene un carácter endemoniado, impidiendo o parando los pies a sus intereses, y ulteriormente muchos de los libertadores americanos fueron instruidos en esta universidad o en otras de su entorno. Todo lo que vino a continuación es sabido, imposición del cristianismo, prohibición de otras religiones y el disfrazar rituales y celebraciones con el manto católico. De ahí el ofrecimiento al señor de lo carnal y la entrega a sus excesos en una celebración de casi un mes.

Otra forma de celebrarlo, o padecerlo según cada cual, a parte del santo de beber hasta reventar, era la de lanzar botes de nieve en polvo del rey mono y/o harina directamente a los ojos, oídos, pelo, vamos en las partes más molestas. Por ello veías pasear a todo el mundo con unos gorros de colores tipo setas, gafas de sol o pañuelos tapando pelo y oídos. Llegamos a la conclusión o que éramos demasiado mayores ya para esos juegos o que no acabábamos de verle la gracia... Aunque estando allá y en esas fechas no podías enfadarte, ya que o bien formabas parte de la celebración, o bien reconocías tu falta de humor apartandote y evitando todo el circo. 

En el camping, por la noche, se montó un corrillo de argentinxs alrededor de la mesa que, muy unidos y amigables, cantaban y reían al son de una guitarra y un cajón flamenco, todo ello regado con unas cuantas cervezas, y es en momentos como esos cuando te das cuenta de la unidad y hermandad que tienen lxs argentinxs, creemos que debido a todo lo que les ha tocado sufrir, y como tienden a apoyarse, cuidarse y estar ahí.

Noche de lluvia, ralladas varias del Miqui con la tienda, el plástico y la lluvia y un amanecer soledad o y caluroso, además de habernos quedado sin guita y el cajero no querer soltar ni torta, nos hicieron tomar la decisión de continuar con nuestro viaje y encaminarnos hacia Humahuaca.

SAN PEDRO DE ATACAMA

SAN PEDRO DE ATACAMA

Sin duda alguna teníamos marcado en rojo este lugar, como una meta a la que llegar, ya sea por el desierto, la fama del lugar, o como última frontera que colinda con sus países vecinos de Bolivia y Argentina. Teníamos claro que muchos de los paisajes ya los habíamos disfrutado con nuestra visita al Salar de Uyuni, pero no por ello queríamos dejarlo de lado.

Por este motivo procuramos no demorar más nuestra cita, tomando un autobús casi directo, con el que hicimos escala en Calama, donde por azar nos encontramos una pareja de Oscenses, con los que compartíamos destino y del que recibimos un útil presente, unas buenas zapatillas de montaña, que me permitieron jubilar las mías.

A nuestra llegada nos instalamos en el camping llamado Buenas Peras, que era por supuesto todo un secarral, y de ahí nos fuimos a dar un paseo por la localidad. Donde preguntamos por los costes del alquiler de las bicicletas, y recogimos información sobre el lugar. Nos fuimos pronto a la cama y tras una ajetreada noche, debido a unos poco educados vecinos,  nos levantamos dispuestos a exprimir al máximo la experiencia. 

Finalmente tomamos la decisión de alquilar las bicis todo el día, de manera que pudiéramos disfrutar de los paisajes de la quebrada del diablo y el Valle de la Luna. Aunque la idea era buena, término pasándonos factura, tanto física como moralmente, al estar un tanto desacostumbrados al pedaleo y el duro y torturador sillín. Aún así disfrutamos de unos paisajes maravillosos, con un sol de justicia y un gran esfuerzo que ha hecho que la imagen quede hondamente grabada. Los caminos en principio eran planos, para pasar a grandes inclinación y elevaciones de terreno, mezclando se con grava y piedras sueltas que por momentos hacían dificultoso el pedalear. Pero ello no impidió poder admirar las vistas del volcán Lycancabur, así como del anfiteatro, las dunas mayores y las tres Marías.

Regresando con el atardecer, con una maravillosa puesta de sol que nos iba acompañando, matizando de luz y distintos tonos rojizos la zona volcánica, que sirve de referencia a la localidad, situándose en sus lomas.

Tras devolver las bicis, cenamos en el camping, dispuestos a irnos temprano a la cama para descansar, y al día siguiente poder disfrutar de la Laguna Cejar. Sin embargo parece que el destino no quiso darnos tregua, al coincidir con una una serie de vecinos que estaban empeñados en montar la fiesta, llegando a parecer por momentos que estábamos acampados en un festival curte de música hortera y gente maleducada y gritona.

Todo ello nos afectó en el ánimo tomando la decisión de recoger todas nuestras pertenencias y poner fin al recorrido por tierras Chilenas, para adentrarnos por el norte de Argentina. Para ello nos acercamos a la terminal de autobuses, donde nos informaron de que no había autobuses disponibles hasta más allá de 5 días. Y como no estábamos dispuestos a esperar tanto tiempo, allá que nos fuimos a la ruta a mostrar nuestro dedo y encantadora sonrisa, coincidiendo con unos cuantos mochileros que tuvieron la misma idea.

Tras unas horas de espera, llegaron un par de camiónes paraguayos a los que convencimos para que nos acercaran a la frontera, de manera que viajamos cómodamente en el interior de unos vehículos coreanos, que transportaban en el trailer para vender en su lugar de origen. Disfrutando de un cambiante paisaje, que por momentos intercalaba zonas desérticas, con salares, lagunas y el siempre presente volcan, además de la fauna característica tipo llamas, vicuñas y flamencos.

Muy despacio, pero a tiempo conseguimos llegar al Paso fronterizo de Jama, donde tras los trámites pertinentes, conseguimos ingresar en la,zona argentina. Allí descubrimos una movilidad que aproximaba a unos cuantos viajeros a la localidad de Susques, y a la que nos subimos sin pensarnoslo dos veces.

miércoles, 17 de febrero de 2016

LA SERENA - valle del Elqui

LA SERENA - VALLE DEL ELQUI

Retomamos para este viaje la sana costumbre de levantar el dedo. Y la verdad es que nos fue bastante bien, siendo agasajados no solo de buena compañía, si no también con pasteles y productos del lugar. A nuestra llegada a La Serena nos dejaron en el centro comercial que divide el camino que lleva a la playa y costanera. Allí nos pudimos comunicar con nuestro anfitrión y dándonos las indicaciones para llegar a su casa.

Una vez allí y recién instalados pudimos descansar tranquilamente, ducharnos y comunicarnos con nuestros seres queridos. Tomamos nuestro reconfortante te, que se ha convertido en todo un ritual de relajación y tiempo para nosotros. Y tras unas horas regreso Jota con una cena sorpresa a base de Sushi vegetariano. Después salimos a dar un pequeño paseo por el centro histórico de la ciudad y nos animamos a tomar el famoso terremoto de curaçao y granadilla.

Al día siguiente iniciamos nuestro viaje hacia el Valle del Elqui, dejando el equipaje principal en casa de Jota. Para ello tomamos un colectivo que nos dejó en Pisco Elqui, y de allí sacamos el dedo para ir a la población de Horcon, donde pudimos refrescarnos del fuerte calor bañándonos en una pequeña poza, de regreso visitamos una bodega de producción artesanal de Pisco, llamada Los nichos. Donde nos mostraron la elaboración de la bebida alcohólica, de la que existe cierta controversia por su autoría ya sea Peruana o Chilena, inchándosele el pecho y contestando categóricamente sin lugar a duda alguna en función de la nacionalidad de la persona aludida.

En la bajada por el Valle pudimos apreciar el contraste de las zonas altas de la montaña, de aspecto árido y seco, con la riqueza y el verdor del valle, todo el repleto de viñas. En todo momento procuramos encontrar una imagen que todo el mundo referencia sobre el carácter especial del lugar, pero desgraciadamente nosotros no logramos hallar. Es así como finalmente llegamos a la localidad de Vicuña, donde plantamos nuestras tiendas de campaña, paseando un poquito por los alrededores, comprando riquísimas uvas del lugar y cenando. Para terminar disfrutando de un maravilloso cielo estrellado, tumbados en el césped de nuestro campamento, y llegando incluso a avistar un par de Ovnis por parte de la imaginativa y risueña Raquel.

Al día siguiente regresamos a la Serena, aprovechando para dar un pequeño paseo por el centro de aspecto colonial, y plagado de casas bajas, antes de tomar un bus que nos llevaba directamente a San Pedro de Atacama. 

VALPARAISO

VALPARAÍSO 

Dada la proximidad entre Santiago y Valparaíso, o Valpo como acá le dicen, tomamos un bus que nos llevaría en dos horas. 

Al llegar una fuerte bofetada de calor nos dio la bienvenida. Nos dispusimos a caminar hasta la casa de Monica y Victor, nuestros primeros anfitriones en Valpo.
Nos tocó sudar la gota gorda para llegar hasta la cima del cerro monja, y es que Valpo esta rodeada por 42 cerros y tiene 15 ascensores o funiculares para acceder a parte de ellos, aunque sólo hay 8 en funcionamiento.

Dejamos nuestras cosas en el departamento y nos fuimos a comer y pasear con Victor, que nos hizo un tour turístico por los principales puntos de interés de la ciudad. Paseamos por los cerros, conocimos La Sebastiana, casa de Pablo Neruda, subimos a un funicular, visitamos una exposición gratuita sobre fotografía muy interesante, sobre un autor local que fue alumno de Carthier Bresson, y tomamos una rica cerveza artesanal para mitigar el calor sofocante que hacía.

Tuvimos la suerte de visitar Valpo en medio del festival de las Artes de Valparaíso, por lo que había una amplia agenda de conciertos, proyecciones cinematográficas, y un muy buen ambientillo.
Aunque ya nos habían informado que Valpo era una ciudad con una gran vida cultural en cualquier época del año.

Por la noche acudimos al concierto de Eva Ayllón y su banda afroperuana. Estaba a tope y la gente, emocionada, cantaba y bailaba al son de sus canciones.
Cuando finalizó, nos juntamos con nuestros anfitriones y fuimos a un bar llamado Liberty, donde la gente se juntaba para tomar y bailar la Cueca, baile nacional de Chile, que todo el mundo sabe bailar, nos contaron que lo enseñan en la escuela.

Al día siguiente acudimos a visitar el faro de la ciudad, donde pudimos ascender y observar, aunque el día estaba grisáceo y ventoso, una linda vista del mar, la playa y un pintoresco cementerio. 

Valparaíso se caracteriza por su múltiples cerros, sus casas de colores enclavadas en los cerros, sus funiculares y sus largas escaleras que recorren las calles, además de un cierto desorden en todo ello. Es una estampa muy pintoresca.

Por la tarde fuimos a otro concierto de unos rockeros carrocillas Chilenos muy graciosos, llamados los Splendors y después cenamos en casa tranquilamente.

Al día siguiente nos tocaba un cambio de casa, ya que Mónica y Víctor iniciaban su viaje de vacaciones, pero antes nos fuimos a pasear por los cerros y al mercado a comprar frutas y verduras para la comida, y por sí se diera la suerte, y no fue así, de encontrar algún vinilo que mereciera la pena.

Comimos con Mónica y nos fuimos a casa de Jaime, nuestro siguiente anfitrión, quien nos recibió con un rico café/te y charlamos animadamente mientras nos acomodamos en el que sería nuestro cuarto por dos días.

Noche de concierto y cena con vinito blanco y unas deliciosas cervezas artesanales que elaboraba una amiga de Jaime, realmente nos encantaron.

Por la mañana salimos a pasear por la costanera para ver los lobos marinos, pero debían de estar de domingo y solo unos poquitos se encontraban en su lugar asiduo. Pudimos observar también, los efectos de las fuertes marejadas que hubo en días anteriores. Las maderas del paseo totalmente levantadas e incluso rotas...

Comimos nuestra popular tortilla de papas con una rica crema de zapallo. Dimos nuestro último paseo por la ciudad. Merendamos chocolate con pan dulce y, por fin, después de siete meses con la sudadera de Star Wars, promocionando la película, y un mes y medio de su estreno, pudimos ir a ver la película!. Sin embargo, cierta decepción nos invadió, no era como habíamos imaginado. Expectativas demasiado altas? Puede ser y sabíamos que podría pasar. Sin embargo fue un buen final a nuestros días en Valparaíso!

SANTIAGO DE CHILE


SANTIAGO

Llegamos a Santiago a bordo de un camión, que nos levantó, nada más ponernos en la ruta con nuestro correspondiente cartel, cuando paraba para desayunar.

Ahí tuvimos nuestra única mala experiencia en cs. Habiendo quedado con un chico para hospedarnos en su casa, tras hacerse un tanto el orejas, decidió dejarnos tiradxs. Menos mal que estaba nuestro buen amigo Pablo, que sin dudarlo un segundo, nos acogió en su casa durante varios días, haciendo de nuestra estadía un agradable destino, más que por la ciudad, Santiago es gris y fea, por la gente.

Lamentablemente todas las espectativas sobre la capital fueron un tanto decepcionantes, ya sea al procurar quedar con conocidos que nos contaran un tanto sus vivencias durante la dictadura, como por los puntos de interés.

La primera noche,coincidiendo con el finde de semana, aprovechamos para salir a conocer la zona de marcha santiaguera, por el barrio de Italia, Lastarrria y Bellas Artes. Cenando una pizzas y probando las cervezas artesanales del lugar, herencia de la colonización alemana. Todo ello acompañado de una animada charla donde contamos nuestras diversas aventuras a nuestro amigo y hospedador, así como a su eventual compañero de piso y trabajo Vito, un chileno de la zona de Villarica.

Al día siguiente Pablo nos realizó un pequeño tour por el cerro San Cristóbal, enclavado en un parque nacional dentro de la ciudad, con una caminata hacia la cima, donde coincidímos con los domingueros y turistas del lugar, junto con aquellos deportistas empeñados en subir corriendo faltándoles el resuello. Desde lo alto del lugar se podía apreciar con suerte, en los días despejados, una panorámica de la ciudad, enclavada entre la cadena montañosa andina. Y parece que más o menos esa fue nuestra oportunidad, divisando con cierta calima la vista; entendiendo los días siguientes, el grado de contaminación, siendo muchísimo mayor que el de madrid (que por esos días aparecía en los medios de comunicación, por las medidas que el ayuntamiento intentaba implementar para aplacar la consabida boina).

Tras nuestro descenso acudimos a visitar los distintos mercados de Tirso, y Central donde nos abastecimos de rica fruta y verdura, y así preparar una rica cena para la cita que teníamos por la noche con los amigos de Pablo, con una pequeña barbacoa en el balcón de su piso. Aprovechamos también para comer en la zona de restauración, unas Humitas y la extraña mezcla de Porotos con tallarines.

Desde allí el paseo nos encamino al museo de las Bellas Artes, no muy extenso pero no por ello menos interesante, con increíbles exposiciones de Siqueiros, Rivera y otro pintor mexicano que ahora no recordamos su nombre, con pinturas sobre la invasión por parte de los europeos a Latinoamérica y la lucha indígena por sus tierras. Mostrando la crudeza por la muerte y la imposición de la religión católica.

A la salida del museo descubrimos un par de conciertos en el parque. Uno de ellos bastante divertido y con el que quisimos colaborar comprando su disco.

Caminamos hasta la casa para descansar. Y nos decidimos a comenzar temprano con la cena,pimientos rellenos de champiñones,para que quedarán tiernos y no se nos echase el tiempo encima.

Vinieron con el kit completo de parrillada para asar en el balcón, esta es una constante que se repite por toda Sudamérica. Mientras ellos preparaban sus brochetas repletas de carne de vacuno, cerdo y pollo, entreveradas con alguna verdura, nosotros vigilábamos nuestros pimientos, llegando a prepararnos una brochetas vegetales. Todo ello derivo en el consumo de cervezas y pisco Sour, con animadas conversaciones, hasta que poco a poco el cansancio y el sueño hizo el resto, retirándonos a descansar.

Los días siguientes los aprovechamos para visitar la famosa Casa de la Moneda, donde resistió heroicamente Allende, los envites de la dictadura. Llegando a ser bombardeada y prácticamente destruida por los cazas del ejército, posteriormente reconstruida, dando cobijo al inefable Pinochet, cuya sombra planea todavía sobre     el país. Bajo la sede del gobierno, se encuentra ubicado el Centro Cultural de la Casa de la Moneda, donde existía una interesante retrospectiva de cine Chileno que nos permitió adentrarnos en la reciente historia. Visionando los días siguientes la películas de "Allende en su laberinto" "Allende mi abuelo Allende" y la necesaria y muy explicativa "Chicago Boys", sobre la escuela económica auspiciada por los norteamericanos, e implantada por la fuerza del golpe de estado en Sudamérica, como modelo económico del que todavía a día de hoy, algunos se llenan la boca, al mencionar el milagro Chileno.

Por supuesto no nos quisimos perder el Museo de la Memoria y de los Derechos Humanos. Lugar donde se documentaba el origen del golpe de estado, la resistencia del gobierno democrático de Allende, así como la instauración de una dictadura de militares, encabezada por Pinochet, y el régimen de terror y revanchismo sádico y desprovisto de rasgos de humanidad alguna. Dividido en distintas salas, pudimos apreciar las distintas documentaciones, y registros audiovisuales, así como la explicación y testimonios de torturados y desaparecidos. Este museo resulta todo un ejercicio de historia y memoria necesario para dar cumplida cuenta de la vileza de los militares, con el entrenamiento y una política exterior Norteamericana, que justifica sus fines a cualquier medio. Y sin embargo, resulta posiblemente uno de los pocos de esta naturaleza en todo el continente.

Una de las mañanas llegamos a perderla buscando el estadio y parque Grimaldi, por La Paz, del que poca gente sabía localizar o conocía, por lo menos con el actual nombre; y el el que tenía lugar las detenciones y torturas más sádicas por parte de los militares, y que se asemejan a las descritas en el informe Argentino "Nunca Más", dirigido por el escritor Juan Carlos Onetti.

De manera más lúdica, hicimos una visita al mercado de la pulgas, situado en una barrio del que ahora mismo no logramos acordarnos. Y en el demoramos prácticamente un día completo, debido a la enormidad y variedad de objetos posibles por encontrar, aunque un tanto desmoralizados por su monstruosidad y el valor de ciertas mercancías.

En general en Santiago nos dimos cuenta del tipo de sociedad tan polarizada en la que se había convertido. Con un estilo de vida muy Norteamericano, de libre comercio y muy consumista. Con grandes diferencias de clase y oportunidades, donde se llega a discriminar a la población por el lugar de nacimiento, barrio, y lugar de estudio, además de otras relacionadas con la raza, etc. Con una serie de gobiernos de tendencia de izquierdas, y que sin embargo practican las mismas recetas que la escuela de Chicago, llegando incluso a tener a sus miembros en sus instituciones. Con una constitución derivada todavía de Pinochet, con el consiguiente encorsetamiento de la gobernanza, así como de los derechos y deberes de sus ciudadanos. Y lo que todavía es aún más triste, con una clase alta, así como otros que se han llegado a creer el cuento de las vacas gordas del régimen, que son capaces de justificar cualquier barbaridad, sin ningún atisbo de vergüenza, con la excusa de generar riqueza para los de siempre, repartiendo las migajas al que se porté bien y se esté quietecito.

jueves, 11 de febrero de 2016

CHILLÁN - VALLE DE LAS TRANCAS

CHILLAN - VALLE DE LAS TRANCAS

Esta población suponía un alto en el largo camino hacia la capital, pero las sorpresas inesperadas y el dejarse llevar llenaron de encanto la etapa. Por lo pronto nos hospedamos en casa de Javier, acampando en su tranquilo jardín interior, coincidiendo con un cicloturista canadiense, llamado Vicent, con los que mantuvimos unas animadas conversaciones sobre nuestras tretas y aventuras.

Por la noche preparamos nuestra famosa y apañada tortilla de papas, acompañadas por cerveza del lugar y de postre turrón del blando, ya que se había convertido en un extraño hábito del cómico personaje canadiense. Él mismo nos informo de la existencia de un mural del pintor mexicano, discípulo de Diego de Rivera, Siqueiros. 

Así, a la mañana siguiente nos dispusimos a visitar el colegio mexicano que albergaba su poco publicitado mural, pero al demorarnos en la visita tomamos la decisión de hacer una visita al entorno natural del Valle de las Trancas, próximo al volcán Chillan. Allí conocimos a Jo, una encantadora nativa chilena que entre otras cosas, había viajado durante 5 años con su chico por Europa a golpe de pedal. Ofreciéndonos su casa y hospitalidad, que en principio rechazamos, pues teníamos la intención de regresar a dormir a Chillán, pero que terminamos por aceptar al ver el entorno que podíamos llegar a visitar y conocer.

Joselyn nos recomendó una encantador paseo hacia el marciano paisaje de la lava milenaria, al que llegamos en poco tiempo, a pesar de ir tirando del cicloturista, que tan solo tenía piernas para su máquina. Una vez más nos maravillamos con paisaje tan atípico, nunca visto antes por nosotros, llenándonos los ojos, e intentando caminar lo máximo posible por un auténtico río de lava disecada cientos de años atrás, y del cual rara vez, brotaban retorcidos árboles, en los más extraños equilibrios.

A nuestro regreso decidimos aceptar el ofrecimiento de nuestra nueva amiga, a la que conocimos por medio del canadiense, ya que estaban participando en una red para ciclistas, llamada warm-shower. Pernoctando en su casa, y contándonos sus cientos de aventuras a lo largo de Europa y Latinoamérica, incluida su participación en un largo-documental, sobre un tipo que viajo en tándem hasta Ushuaia, y al que ella ayudo.

Esto nos permitió disfrutar de otro espléndido paseo hacia las lomas del volcán Chillan, al que previamente habíamos divisado escupiendo gases y cenizas. Llegando hasta una zona de fumarolas, con su nauseabundo olor a azufre, y unos metros más abajo, aprovechamos para darnos unos baños de arcilla, que limpiábamos en el gélido rio que descendía por su valle.

Al regresar a la civilización, Jo nos volvió a sorprender, invitándonos a un excelente almuerzo, que todavía a día de hoy seguimos recordando, compuesto por un menú de Humitas acompañadas de tomate y cerveza de la zona; y del que comparativamente no hemos vuelto a encontrar tan rico y auténtico degustar.

Terminada nuestra comida, un amable carabinero de paisano nos acercó a una población cerca de Chillán, y desde allí tomamos un pequeño colectivo a la ciudad. Al llegar temprano pudimos aprovechar para hacer unas pequeñas compras en el mercado, e incluso un pequeño capricho en forma de camisa hawaiana. Por la noche tomamos unas cervezas con Javier en un folklórico pub de la zona, recogiéndonos pronto ante la vista puesta en nuestro nuevo destino.

PUCÓN

Caminamos y caminamos hasta que llegamos a la ruta y allá que nos plantamos. Al poquito de estar allí, nos levantó un chiquillo que estaba de papeleos por Valdivia, nos acercó unos 100km, dejándonos en un peaje, donde un joven camionero nos acercó un tramo más hacia nuestro destino, donde, tras una breve parada para comer, una pareja que venían de Temuco de la graduación de ella, nos llevó hasta Villarica y de ahí dos trabajadores hasta Pucón.

Fuimos al punto de información turística en busca de información  sobre camping y posibles caminatas para realizar esos días.

De primeras no pudimos disfrutar como hubiéramos querido de las impresionantes vistas del majestuoso volcan Villarica, debido a las grandes nubes que lo acompañaban...

Tras instalarnos en el camping familiar Rosa, paseamos por el pueblo, lleno hasta los topes de turistas por todos lados, vamos una plaga.

Por la noche charlamos con una pareja de Málaga que ya llevaba varios días por allá y que nos aconsejaron sobre caminatas imperdibles.

Nos levantamos, y dada la hora que era, nos decidimos por subir al cerro Cañi. El día estaba un tanto nublado pero aún así arriesgamos y subimos, y la verdad que el lugar merecía muchísimo la pena. 

Tras una prominente ascensión de cerca de tres horas, paseando entre araucarias, majestuosos árboles centenarios que nos habíamos visto nunca. Una especie de pinos gigantes con frondosas ramas redondeadas cuyo fruto era una bolita con picos, dando la sensación de árbol de navidad con adornos. Llegamos con la lengua fuera a la cima del cerro, desde donde se divisaban los diferentes volcanes, cerros, lagunas y verdes praderas, aunque las nubes no nos dejaron disfrutar del todo de la vista, quedamos impresionadxs con el lugar.

Bajamos hasta una de las lagunas donde almorzamos entre sol, nubes y vientos varios. Después paseamos alrededor de las distintas lagunas del lugar y tras una rica siesta en una gran pradera verde, bajo ese solito que quiso finalmente acompañarnos, iniciamos el descenso del cerro.

Al día siguiente nos tocaba madrugar un poquito más para tomar la movilidad que nos llevaría hasta el parque nacional Huerquerque. 

Nada más llegar tuvimos que registrarnos, y nos atemorizaron un poquillo con el tipo de caminata que queríamos realizar, el ascenso San Sebastian. Que sí era larga, que si era muy dura, casi toda de subida, que si debíamos llevar dos litros de agua por persona, porque allí no había forma de recargarla, que si patatín que si patatán... En fin que no hicimos mucho caso y allá que nos encaminamos, y he de decir que el paseo fue realmente lindo, que no fue para tanto, ya que descubrimos la gran utilidad de los palos de montañismo, haciéndonos con unos de caña de bambú. Que fuimos capaces de administrarnos el agua para que no nos faltase en ningún momento y que lo disfrutamos muchísimo.

Hubo momentos que tuvimos que escalar agarradas a las prominentes raíces de los árboles, otras escalar por roca, pero fue fantástico, y cuando llegamos a la cima, la vistas eran indescriptibles, seis volcanes entre ellos el Villarica y el Lanin, todos ellos nevados, cinco o seis lagos con diferentes tonalidades de azules-verdes y aire puro, mucho aire puro, que se denotaba en las barbas de viejo que tenían los árboles colgando de sus ramas.

El descenso lo hicimos corriendo y saltando, en muchísimo menos tiempo del previsto; por lo que nos animamos a realizar una caminata intermedia entre los bosques de lenguas y araucarias.

El último día lo dedicamos a descansar y nos fuimos a playa negra. El agua estaba helada y fuera no se podía parar del calor que hacia. Después de comer nos fuimos hacia los Ojos del Caburga. El paseo fue más largo de lo que pensábamos y bastante incómodo, los coches pasaban a gran velocidad por el camino de tierra, así que el polvo que nos íbamos comiendo era bastante abundante.

No se porque extraña razón, pensamos que allá nos podíamos bañar, pero al llegar nos dimos cuenta que no. Una serie de pequeñas cascadas se dejaban morir en un laguito con un precioso color azul.

El lugar estaba lleno de turistas. Pasemos por las distintas subidas y bajadas del circuito marcado y regresamos a Pucón, con una agradable familia santiaguera.

Destino mágico y muy recomendable para todo el que ande por tierras chilenas, Pucón bien merece su visita y disfrute.

VALDIVIA

VALDIVIA

Llegar a nuestro destino suponía cruzar la frontera y toda una odisea de trámites y transportes que superamos felizmente más rápidamente que el resto de los mortales del lugar. Gracias a la combinación de distintos autos y agradecidos conductores, pasamos la frontera al no tener compras que declarar. Es así como llegamos al cruce de Osorno y nos levantaron una cómica pareja de asturianos que llevaban afincados a ambos lados de los países vecinos. Antes pasamos por una zona toda afectada por los efectos de la ceniza del volcán, con un paisaje totalmente extraño y de infinitos tonos grisáceos.

Fuimos al hostel que nos recomendaron los asturianos, un lugar muy cuco con todo tipo de información cultural pero un tanto caro para nuestros bolsillos.
Al día siguiente fuimos a casa de Ricardo, un bailaor flamenco chileno, formado en Sevilla, con su propia compañía y una academia. Menuda coincidencia..

Ese mañana fuimos a un mercado de pulgas, donde pudimos comprar frutas y verduras más baratitas y ricas, pero nos fuimos rápido ya que habíamos quedado con nuestro anfitrión para comer.

Comimos en el bar de una amiga y después paseamos por la costanera y tomamos "mote con huesillo", una bebida un tanto dulzona que toman lxs chilenxs para refrescarse durante el verano, aunque nosotrxs no acabamos de sacarle el gustillo ni la frescura.

Tras una breve siesta nos fuimos a casita a descansar.

Por la noche RIcardo llegó con ganas de fiesta, así fuimos a tomar cerves artesanales y terminamos en el karaoke de un amigo participando Miqui y yo con una canción de Radio Futura y otra de Alaska, pero por supuesto nuestro dúo no fue rival para los entornados oponentes; estuvo simpática la noche.

Al día siguiente fuimos a Niebla, población próxima a Valdivia con mar, pero el día nos salió bastante gris, y un tanto fresquete, pero eso no nos impidió pasear por la playa e intentar tumbarnos al poco sol que salía de vez en cuando. Además la playa no era acta para el baño debido a lo bravo del mar.

Después paseamos por el fuerte que construyeron sobre la roca los españoles para evitar la invasión de los piratas ingleses. 

Por el camino, y después de llevar...meses meditándolo, nos decidimos y nos hicimos con nuestro kit de campistas, carpita, sacos y aislantes. De ahí para casita con un cansancio bastante considerable.

Así que, cuando Ricardo llego nuevamente con ganas de carretear, nos pilló prácticamente en la cama, nos hemos desacostumbrado...

A la mañana siguiente, a pesar de amenaza de  lluvia, tomamos nuestras inseparables compañeras de viaje, nuestras mochilas, esta vez con un poco más de peso, y nos lanzamos de nuevo a la ruta dirección Pucón.

VILLA LA ANGOSTURA

VILLA LA ANGOSTURA

Esta localidad fue un breve descanso en nuestra ruta hacia la frontera con Chile. Llegamos por la tarde, tras un corto trayecto en coche, donde nos introdujeron a los parajes del lugar; aún así tuvimos que esperar un tanto para localizar a la familia que nos hospedaba, ya que ellos regresaban de una pequeña fiesta en el campo. Resulto que fuimos su primera experiencia en couchsurfing y parece ser que resultamos bastante gratificantes, ya que al segundo día con ellos, ya se habían animado y aceptado a otra pareja.

A la mañana siguiente acudimos temprano al conocido parque de los arrayanes, una reserva natural, por la que caminamos cerca de 28 kms, donde iba cambiando constantemente la vegetación, entre bosques de lenga, coiques y finalmente arrayanes con su característico color anaranjado y sin corteza, similares a nuestros alcornoques. La caminata engañaba y lo que resultaba un tranquilo trayecto con poca inclinación, término por destrozarnos al regreso, con un desnivel matador.

A la salida del parque nos descalzamos frente al lago, y caímos totalmente rendidos, tomando una reparadora siesta. Regresamos por la tarde, tomando un buen baño, y por la noche disfrutamos de una buena cena, donde compartimos nuestra receta secreta de tortilla de papas, junto con ensalada y todo ello regado de cerveza del lugar. Curiosamente la nueva pareja que alojaban en su casa, tenía la extraña afición de ser luchador medieval, con armaduras y espadas de la época, todo una práctica sinsentido que se da en una argentina con pasados de tornas y grandes castillos; lo más curioso es que parece ser que se practica a nivel mundial y pretenden hacer de ello un deporte.

Al día siguiente esta pareja nos acercó al lugar donde nos pondríamos a hacer dedo hacia la frontera con Chile.

COLONIA SUIZA (Bariloche)

COLONIA SUIZA (Bariloche)

Estas líneas se escriben desde Chile, a la espera de que salga nuestro transporte para San Pedro de Atacama. Ya que el tiempo empieza a contar marcha atrás, a la hora de regresar a ver a la familia. Así hemos decidido optar por el transporte con horarios fijos, para llegar a nuestro destino sin sobresaltos, y empezamos con retraso ya que el bus que nos tenía que llevar se ha roto y lo tienen que cambiar por otro.

En cuanto a nuestras andanzas por Colonia Suiza se resumen de la siguiente manera. Nuestra primera intención era ir a Bariloche, lugar que tanto nos habían insistido, pero que posteriormente nos enteramos que era un destino un tanto cheto (pijo) y de juergas pre-universitarias. Habíamos oído campañas sobre Colonia Suiza, y terminamos por concretar con la recomendación de nuestro hospedador en Lago Puelo. Por lo que una vez extendimos nuestros pulgares, tras cierto periodo de espera, nos acomodamos en una furgoneta de una pareja joven, a la que les indicamos nuestro deseo por llegar a Colonia Suiza, y es así como ellos se desviaron de su camino para acercarnos a la conocida localidad, y de paso que nos dejaban allí, turisteaban un tanto.

Al no tener todavía tienda de campaña (o carpita, como dicen por allá), y al haber improvisado en el camino, nos vimos abocados a alojarnos en un curioso hostel, a modo de cabañita de madera. Tras acomodarnos, dimos un pequeño paseo, descubriendo un pequeño pueblo, con casas al estilo norte europeo y con gran cantidad de puestos de artesanía. Todo parece ser debido a que los primeros colonos que se asentaron en la zona eran de  procedencia suiza. También fuimos a un mirador en lo alto de una loma, con cierta dificultad en el acceso, y desde la cual pudimos apreciar el pueblo y la zona de los lagos rodeados de verdes cerros, con una imagen de postal bastante linda.

Al regresar a nuestro alojamiento, paramos por una huerta-granja ecológica donde compramos unas deliciosas cerezas, probando las grosellas y frambuesas del lugar; yéndonos con un dulce sabor en la boca.

A la mañana siguiente madrugamos, y tras un pequeño desayuno, con mucho ánimo, emprendimos la caminata hacia el Cerro López. El paseo resulto un tanto empinado en los primeros tramos, pero como viene siendo el caso, satisfactorio al poder contemplar unas vistas generales, desde las alturas y donde poder apreciar la zona de los Siete Lagos, además de las cumbres nevadas. Tras unos minutos de contemplación ensimismados en en el paisaje y recuperando el resuello, decidimos emprender el camino de vuelta, descendiendo prácticamente al trote.

Una vez en la Colonia abordamos a una pareja para ver si nos podían acercar a. Bariloche, y en un principio nos negaron su amistad, pero más tarde al vernos buenos chicos, se apiadaron de nosotros levantandonos en la ruta y dejándonos donde queríamos. Una vez allí resulto un tanto complicado la competencia entre mochileros para conseguir que nos acercaran a nuestro próximo destino, pero la casualidad quiso que un padre y su hijo nos llevarán a nuestro próximo destino, contándonos diversas historias sobre el lugar y más aún en concreto la existencia de una supuesta casa donde moró sus últimos días Hitler, ya que al parecer la historia oficial oculto su huida y posterior destino.

lunes, 1 de febrero de 2016

EL BOLSON

LAGO PUELO - EL BOLSÓN 

Y llegamos al Bolsón tras unas cuaaaantas horas de viaje. Nos pusimos en contacto con Javier, nuestro cs en Lago Puelo, población a unos 15 kms. Así que nos dio las indicaciones necesarias y al ratillo ya estábamos por allá.

Una casa muy linda de madera, una persona increíble y unxs cuantxs couchsurfers harían de nuestra estadía en el lugar una muy buena experiencia.

El primer día aprovechamos para pasear por el Parque Nacional de Lago Puelo. Javier nos prestó un mapa y dio las indicaciones necesarias.
Comenzamos con una buena subida, y tras encontramos con nuevas marcas en el camino, decidimos continuar, pero poco a poco nos dimos cuenta que nos habíamos metido por la zona de parque asolada por un incendio en el verano del 2014. Una gran tristeza nos invadía a medida que avanzábamos hacia ninguna parte, entre resbalones por las cenizas del terreno, que impedían a nuestra zapatillas adherirse...realmente desolador, así que decidimos bajar hacia el lago. Caminamos hasta el mirador y de ahí a la playita, el calor era sofocante y necesitábamos de un descanso bajo la sombra de los árboles.

Comimos una deliciosa y refrescante ensalada y tomamos una rica siesta, a los pies del gran y precioso lago.

Después continuamos realizando otras rutas más cortitas entre las luces y sombras de los árboles.

Al día siguiente decidimos hacer la caminata al cerro Piltriquiltron, en. Mapuche significa "colgado de las nubes", y si, tiene un nombre prácticamente impronunciable, vamos, que aún pensándolo tres veces cuesta decirlo. 

Una familia nos acercó hasta la plataforma de estacionamiento y comenzamos a subir de a poquito hasta que llegamos, en una hora al refugio, una vez allí tuvimos que registrarnos por sí nos perdíamos, no volvíamos o algo por el estilo, y ahí comenzó la ascensión, bastante pronunciada al comienzo, intercalando después zonas de tregua. El paisaje increíble, el día soleado y precioso a más no poder. Recargamos la botella con agua del arroyo y de paso nos refrescamos un poquito para poder continuar. Lo mejor aún estaba por llegar, una ascensión entre suelo movedizo cargado de piedritas y no tan piedritas, mezcladas con arena, lo que hacia que nuestros pies bailaran sin apenas avanzar...y llegado un momento, casi a gatas, agarrándonos a las rocas, continuamos avanzando hasta llegar a la cumbre, y lo que desde allí pudimos observar fue tan impactantemente bello, que todos los sudores, sufrimientos y males menores fueron sustituidos por una sensación de pequeñez frente a la inmensidad de la naturaleza. Una vista de 360* que alcanzaba a ver la cordillera andina nevada, el volcan Osorno, el Tronador, y el Lago Puelo. 
Para bajar, una pareja joven nos acercó hasta El Bolsón, donde aprovechamos para comunicarnos con la familia, buscar información y hacer algunas compras de comida.

Cuando llegamos a casa ya estaban por allí Mer, Ari y Gabi, tres argentinas viajeras, con las que disfrutamos de unas ricas pizzas vegetarianas hechas a base de remolacha, albahaca y queso, unas risas y buenas conversaciones.

Al día siguiente optamos por descansar un poco, estábamos agotadxs de tanto trekking, así que decidimos ir a una pequeña cascada y refrescarnos en el río, que por cierto estaba realmente helado... De vuelta pasamos por casa y nos encontramos con Ximena, amiga de las chicas, por lo que nos fuimos con ella a la zona del lago.

Por la noche celebramos el cumple de Ari con una rica barbacoa, o como dicen por acá, un asado y unas deliciosas hamburguesas de lentejas que preparo Javier.

Millón se emocionó con el asado y lo disfrutó muchísimo.

Al día siguiente nos fuimos todxs al río. El agua helada pero con el calor que hacía se agradecía ese momento de frescor. 
Miqui junto con Javier y Milton se metieron con los snorkle y las aletas, dejándose arrastrar por la corriente del río que los arrastraba hasta la parte de abajo, sorteando los pedrolos con las manos y jugueteando con los peces, que parecían burlarse de ellos mientras trataban de pescarlos con una especie de lazo, que un señor les hizo, con el que había pescado un salmón de 7 kg, muy fuerte.
Miqui disfrutó al máximo, hasta tal punto, que salía del agua heladito del frío.

Decidimos quedarnos un día más para poder hacer el trekking del Cajón Azul. Llegamos a dedo y comenzamos la ascensión. No parecía demasiado dura, alternaba zonas de subida con otras de no tanta. 
Nos cruzamos con harta gente cargada con sus mochilas para acampar. Tras casi 3 horas de caminata, llegamos al nacimiento del río Azul, en honor a su precioso color azul, valga la redundancia. Comimos en las rocas junto al río, nos refrescamos y hasta pudimos tumbarnos un poco la siesta, para después retornar, haciéndosenos un poco cuesta arriba por el cansancio acumulado.

Nos tocaba montar nuestras mochilas y emprender nuestro viaje de nuevo en dirección a nuestro siguiente destino, Bariloche