jueves, 11 de febrero de 2016

VILLA LA ANGOSTURA

VILLA LA ANGOSTURA

Esta localidad fue un breve descanso en nuestra ruta hacia la frontera con Chile. Llegamos por la tarde, tras un corto trayecto en coche, donde nos introdujeron a los parajes del lugar; aún así tuvimos que esperar un tanto para localizar a la familia que nos hospedaba, ya que ellos regresaban de una pequeña fiesta en el campo. Resulto que fuimos su primera experiencia en couchsurfing y parece ser que resultamos bastante gratificantes, ya que al segundo día con ellos, ya se habían animado y aceptado a otra pareja.

A la mañana siguiente acudimos temprano al conocido parque de los arrayanes, una reserva natural, por la que caminamos cerca de 28 kms, donde iba cambiando constantemente la vegetación, entre bosques de lenga, coiques y finalmente arrayanes con su característico color anaranjado y sin corteza, similares a nuestros alcornoques. La caminata engañaba y lo que resultaba un tranquilo trayecto con poca inclinación, término por destrozarnos al regreso, con un desnivel matador.

A la salida del parque nos descalzamos frente al lago, y caímos totalmente rendidos, tomando una reparadora siesta. Regresamos por la tarde, tomando un buen baño, y por la noche disfrutamos de una buena cena, donde compartimos nuestra receta secreta de tortilla de papas, junto con ensalada y todo ello regado de cerveza del lugar. Curiosamente la nueva pareja que alojaban en su casa, tenía la extraña afición de ser luchador medieval, con armaduras y espadas de la época, todo una práctica sinsentido que se da en una argentina con pasados de tornas y grandes castillos; lo más curioso es que parece ser que se practica a nivel mundial y pretenden hacer de ello un deporte.

Al día siguiente esta pareja nos acercó al lugar donde nos pondríamos a hacer dedo hacia la frontera con Chile.

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